lunes, 31 de enero de 2011

Hay historias que...

Lo que hacemos por nosotros mismos,
muere con nosotros.

Lo que hacemos por los demás y por el mundo, permanece y es inmortal.
(Albert Paint)

Hay historias que nos marcan. Que nos dejan huella. Que nos hacen reír. Llorar. Que nos llenan. Que nos hacen soñar. Que nos conmueven. Que nunca acaban para nosotros. Que nos hacen crecer de alguna forma inexplicable. Incluso que cambian nuestra vida sin que nos demos cuenta.


Da igual que sean verdad o mentira. Están ahí. Las conocemos. Nos implicamos. Las vivimos. No importan que sean reales o producto de la imaginación de un escritor o director de cine.

Hay historias que me han hecho acurrucarme en un sofá, tapada con una manta y abrazada a un cojín, luchando por no llorar de pena. Por pura empatía.

Existen otras que me han llevado a vivir aventuras a mundos fantásticos y, por supuesto, irreales.

Hay una historia que me hizo madurar de manera extrema cuando tenía sólo 17 años.

Conozco historias que hacen que se me ponga la piel de gallina, de la incredulidad e indignación que me provocan.

Han llegado a mis oídos historias de amor, de soledad, de amistad, de dolor. Y también, ¿por qué no?, de felicidad.

Las historias tienen mil formas de manifestarse: la música, la escritura, el cine, el testimonio de alguna persona, la propia experiencia... Cada persona vive las historias de forma distinta, pues todos tenemos un trasfondo completamente diferente. Seguramente si hiciésemos a cien personas de nacionalidad, religión e ideologías diversas, vivir una misma experiencia o historia, cada una de ellas daría una versión diferente.

Y, sin embargo, parece que hay historias destinadas a personas en concreto. Es decir, creo que existen historias que el destino o alguna fuerza superior a nosotros, llegan hasta personas concretas en momentos muy definidos. Creo que hay un libro que llegó a mí cuando tenía 17 años porque tenía que hacerlo, tenía que llegar. Yo tenía que evolucionar, dar un paso más. Crecer. Y seguramente hay millones de personas que también han leído ese libro en distintas fases de su vida y no ha provocado en ellos absolutamente nada de lo que lo hizo en mí. Habrán percibido cosas distintas, habrán sentido cosas distintas. Pero nunca lo mismo que yo.

Todo esto hace que haya historias que se nos queden grabadas para siempre en la mente y, de alguna forma, también en el corazón. Las infinitas percepciones del ser humano en base a su educación, clase social, ideología política, religión, raza, nacionalidad, familia, etc., hacen posible que cada persona tenga su propia colección de historias especiales. Aquellas que guarda como pequeños tesoros que le recuerdan momentos importantes de su vida, ya fueran buenos o malos, pues no todos los recuerdos son alegres.

Creo que el ser humano es un ente prodigioso. Podemos tener no una, ni dos, sino mil "caras". Podemos ser quien deseemos. Tenemos la grandiosa capacidad de razonar y el increíble privilegio de "sentir" emociones, de tener "sentimientos". Somos exageradamente afortunados. Somos un entramado de factores físicos, químicos, biológicos, filosóficos, históricos, políticos, sociales..., todos ellos unidos en una sola especie. Nosotros.

El ser humano es muy complejo tanto de analizar como de comprender. Existe gente "cuadriculada", incapaz de salir de su plan de vida. Hay personas que no son capaces de ponerse en el lugar de los demás, que no sienten empatía porque son incapaces de ello. Encontramos gente también que no se rinde, que lucha día a día contra una enfermedad o incluso contra su propia rutina. Hay otra gente que no puede evitar dejarse llevar por sus instintos más animales e irracionales, y por ello tampoco puede evitar hacer daño a otras personas de manera indiscriminada, sin remordimiento alguno. Pero hay personas que tienen fé, ya sea en una religión, en Dios, en el mundo, en nuestra especie, en alguna ciencia, en su trabajo, en las personas a las que aman, en ellas mismas... Existen personas que necesitan humillar a otros para sentirse superiores y mejor con ellos mismos. Vemos también personas que saben vivir, que saben adoptar esa actitud que es la felicidad y que es contagiosa casi siempre si el otro está receptivo. Hay gente que sabe ver más allá y por eso entiende, comprende sin necesidad de palabras y ofrece su ayuda incluso cuando no se la piden, simplemente sabiendo que es completamente necesaria. Hay gente que no ve más allá de sí mismo y por ello no puede dejar de ser egoísta. Pero hay más gente que no puede vivir sin realizar día tras día alguna obra solidaria o sin hacer felices a aquellos por los que profesa amor.

Es curioso nuestro mundo. Nuestra sociedad. Tenemos tantas formas de ser y tantos caminos entre los que podemos elegir, que jamás encontraremos unas pautas que nos definan a todos de igual manera.

Yo soy una mezcla de tantas cosas que me cuesta infinitamente definirme a mí misma. Sin embargo, creo que eso es precisamente lo que me define. Tomar un camino y no otro. Preferir ver las cosas de una manera en vez de otra. Elegir el amor antes que el rencor o el odio.

Dentro de las infinitas posibilidades del ser humano, me alegro de haber escogido tan bien mis senderos y caminos, al menos hasta ahora. Aún queda mucho que elegir, entre lo que decidir. Por ahora, me gusta mi historia personal, mi evolución. Y adoro mis pequeños tesoros, que no me hace falta tenerlos físicamente porque los conozco tan bien que están grabados para siempre en mi mente.

Y aún hay espacio para muchos más. :)

jueves, 27 de enero de 2011

Encuentro.

- Un beso es sólo un beso, ¿entiendes?
Sólo tiene la importancia que tú quieras darle.
Puede no significar nada o puede cambiarlo todo.
(Kirtash, Memorias de Idhún: La Resistencia)

Llegó tarde, como siempre, con el pelo despeinado. Caminaba de manera despreocupada, como si su mayor meta fuera vivir cada milésima de segundo que estaba transcurriendo mientras se aproximaba a mí. Me miró con sus almendrados ojos llenos de ternura. Sonrió de aquella manera tan única y perfecta de la que sólo él era capaz.
Se acercó hasta mí y, sin más, tomó mi mano derecha entre las suyas y la besó con delicadeza. Me reí brevemente ante aquel detalle de caballerosidad y le di un beso en la mejilla. No hablamos. No hacía falta. Me tomó de la mano y me llevó a caminar por el parque hasta llegar a las ruinas del antiguo castillo. Me encanta ese lugar. Es como si mil historias distintas confluyeran en él, como si las viejas y destrozadas piedras que conformaron un día sus murallas hablaran por sí mismas, narrando los hechos que acontecieron allí en tiempos ahora muy lejanos. Es un lugar mágico.

Él me saca a bailar una danza antigua que tararea graqiosamente al son de nuestros pasos. Me toma entre sus brazos y comienza a tararear (casi susurrar) otra nueva melodía, más lenta, más tierna, más… Inevitablemente, me dejo llevar por el arrullo de su voz tan cerca de mi oído, y cuando quiero darme cuenta, estoy cara a cara con él.

- Te echaba de menos –dice muy bajito con su voz profunda, atravesándome la mirada con sus propios ojos -. Necesitaba soñar. Recordarte. Sentirte… Necesitaba volver a sonreír y a… vivir.


No puedo contener más mis emociones, pero no encuentro palabras que sean las adecuadas en ese momento o que expresen lo que deseo y ansío decir. No puedo hablar. Tengo que actuar, pero no sé cuál será su reacción. Y ni siquiera sé cuál será la mía si me dejo llevar por los alocados latidos de mi corazón en esos instantes. Su cara se aproxima lentamente a la mía, congelada del frío invernal que nos azota sin piedad. Está muy cerca. Puedo sentir su aliento sobre mis sonrosados labios. Cierro los ojos. Siento como si me estuviera elevando hacia el cielo. El mundo da vueltas muy deprisa… Y en un impulso común a ambos, nuestros labios se encuentran. Dulces, ansiosos, sedientos. Tengo la enorme sensación de que me estoy derritiendo con cada movimiento y roce de sus labios sobre los míos. Es algo magnético, electrizante, y a la vez tan dulce, tan verdadero, que estremece el corazón sólo recordarlo.

Siento cómo se separa un poco de mí, interrumpiendo el beso. Me mira a los ojos y le devuelvo la mirada, transparente como el cristal. Pero sus ojos no denotan los mismos sentimientos que los míos. Descubro tristeza. Una repentina e infinita tristeza. Toma de nuevo mi mano derecha y, cuando la besa, siento una lágrima suya discurrir entre mis dedos. Se me encoge el corazón y le miro interrogante, pero él sólo pide una silenciosa disculpa desde su desolada mirada y se desvanece lentamente, ante mis ojos, como la niebla de una mañana de invierno.

Destrozada, me alejo del lugar de nuestro encuentro. Camino sin rumbo entre las calles más antiguas de la ciudad. Me pierdo entre recuerdos de ese extraño, efímero e irrepetible beso. Entre el ir y venir de sensaciones que me provocan dichos pensamientos, la parte razonable de mi ser, empieza a asumir que ha sido sólo un sueño y que nada tan precioso y único puede ser para siempre. Sin embargo, la otra parte, la más romántica y soñadora, se empeña en depositar en un rincón de mi alma la esperanza de que pueda repetirse, de que pueda ser real, incluso de que vuelva a ocurrir, aunque sea sólo en un sueño.

miércoles, 26 de enero de 2011

Actitud.



Si supiéramos lo fácil que es dejarse llevar
por el corazón en lugar de por la mente,
todos tendríamos una actitud muy distinta.
El mundo sería un lugar ¿mejor?
Quién sabe...



Si supieras lo fácil que es callar a alguien con un beso, despejar un enfado con una sonrisa, alejar el temor con un abrazo... Seguramente lo harías más a menudo y con menos miedo. No hay nada que temer y hay demasiado que dar. Tú y sólo tú decides si deseas dar eso sin esperar recibir (aunque te aseguro que recibirás más de lo que das siempre y cuando lo des desinteresadamente), o si prefieres guardar ese tipo de cosas para cuando llegue alguien que lo merezca (y que probablemente no llegue hasta dentro de mucho tiempo) o conservarlo para ti mismo.

Decidir siempre es difícil, creo. Tienes siempre elevadas probablidades de equivocarte. Pero quien no arriesga, no gana. Por eso hay que confiar, estar seguro, arriesgar, darlo todo. Con fuerza, perseverancia e ilusión, siempre podemos comprobar que nuestras decisiones, aunque sean equivocadas, no son tan malas.

Si necesitas escapar de esta absurda realidad, hazlo. Escapa lejos, donde nadie pueda alcanzarte. Sumérgete sin miedo en otros mundos. Descubre nuevas sensaciones. Deja que el aire fresco te inunde el pecho y que la brisa acaricie tu piel. Disfruta del suave calor de los tenues rayos del Sol de invierno. Camina sin detenerte y sin dejar de sonreír. Nunca se sabe quién puede enamorarse de tu sonrisa. Canta, baila, exprésate. Llora, ríe, ama, sueña. Merece la pena hacerlo. Imagina un mundo mejor, vívelo dentro de ti. Lucha cada día como puedas para hacerlo posible. Cree en ti más que en nadie. Tienes que estar seguro de que tú puedes. Implícate. Arrasa con toda esa absurda rutina que te envejece el alma. ¡Sal de tu prisión! Haz las cosas que debes hacer, pero hazlo con ilusión, con ganas, con ánimo, sonriendo. Así todo es más fácil y llevadero.

A veces, necesito irme de aquí, de este mundo. Entonces cojo un buen libro de fantasía o una buena película de ese mismo género, y me aislo del mundo mediante mis auriculares. Otras veces, prefiero escuchar música relajante y poner a quemar algo de incienso, para dejarme llevar y mecer por mis pensamientos. Otras muchas salgo simplemente a caminar, y disfruto de cada inspiración de aire fresco que tomo. En otras ocasiones, dejo de hacer lo que esté haciendo, pongo música de rock alternativo a todo volumen en mi mp3 y dejo que mi frustración fluya a través de esa música.

Hoy, me apetece escuchar la canción Fix you de Coldplay hasta la saciedad. Afuera llueve. Hace un día horrible, pero, desde las cuatro paredes de mi habitación y rodeada de apuntes, necesito sentirme cálida y sonreír. Y también necesito la maravillosa música de este grupo para seguir tomando esas pocas fuerzas que mi resfriado de una semana y media de duración ha dejado en mí, y seguir estudiando "a jierro". Con ánimo y soñando despierta, sí señor.

Como podéis ver, paso más tiempo lejos de la realidad que viviendo atada a ella. No sé. No puedo atar mis alas ni mis ganas de soñar, de imaginar, de crear. Aún así, hay que saber tener los pies un poco en el suelo. No es tan difícil, pues a menudo hay alguien que te lo recuerda. Y debemos agradecérselo muchas veces.

No se puede tener todo. Y poco a poco, con el tiempo, nos damos cuenta de que, la mayoría de las veces, nos basta con tener lo que necesitamos, no lo que queremos. Y es cuando no obtenemos lo que necesitamos, cuando deberíamos estar verdaderamente preocupados. Una persona puede vivir sin algo que quiere, pero vivir sin algo que necesita dificulta en exceso su existencia.

Hay muchas (infinitas) maneras de vivir. Es cuestión de actitud. Escoge la tuya. :)

When you try your best but you don't succeed.
When you get what you want but not what you need.
When you feel so tired but you can't sleep.
Stuck in reverse.

When the tears come streaming down your face.
When you loose something you can't replace.
When you love someone but it goes to waste.
Could it be worse?

(Coldplay, "Fix you")

sábado, 22 de enero de 2011

Fantasía.

- Estoy dormido. Esto es un sueño.
- Entonces es un gran sueño.
(El Señor de los Anillos.
Las Dos Torres).


Creo que no hay nada más friki que hacer descansos del estudio para ver trocitos de la película El Señor de los Anillos. Pero es que yo realmente soy un poco (bastante) friki. Sin embargo, me sirve para despejarme un poco. Estoy algo cansada de estudiar stocks, pesquerías, tallas, sobreexplotación... Buf. Me agota. A pesar de todo, creo que lo conseguiré si recojo pequeños trocitos de ánimo de alguna peli, como esta por ejemplo.

Siempre me fascinó el enorme libro que tengo de El Señor de los Anillos, pero hasta que no tuve 17 años no conseguí leerlo entero. Fue un logro para mí, la verdad, porque leerse 1000 y pico páginas de una manera tan apasionada no se hace todos los días. Después me lo he leído dos veces más, para recordar viejas sensaciones. Y las películas... Si no he visto 10 veces cada una de las películas en su versión original y en la extendida, no las he visto ninguna. Me apasiona. Sí. Soy una friki de esa obra litararia. Sí. Me encanta. :)

Además, por alguna razón que aún desconozco, siempre quise ser una elfa, vivir en el bosque, pasar temporadas en Rivendel y, ¿por qué no?, casarme con Aragorn. Ilusiones que tiene una, a ver. De hecho siempre que leo un libro de fantasía, mi personaje preferido acaba siendo un elfo: Légolas, Arwen, Elrond o Fenris, por ejemplo. Los adoro. siento fascinación por ellos. Me entusiasman. Ojalá existieran seres así.

Esta noche, soñaré con la Tierra Media, con Idhún o con el Valle de los Lobos.

jueves, 20 de enero de 2011

Happiness.

felicidad.

(del lat.felicĭtas,-ātis).

1. f. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
2. f. Satisfacción, gusto, contento
3. f. Suerte feliz.

(Diccionario de la
Real Academia Española)

La felicidad es algo curioso. Parece algo que todos queremos y de lo que muy pocos gozan la mayor parte de su tiempo. Sin embargo, ¿quién no ha sentido un poco de esa cosa que se llama felicidad en algunos momentos de su vida? En esos limitados instantes en los que la gozamos, nos parece algo tan efímero que no podemos evitar enfadarnos con el mundo cuando no lo poseemos. Pero, digo yo, ¿cómo se posee algo que es inmaterial? Sí, es muy gracioso. Es más: estamos en una continua lucha diaria para conseguirnos un pequeño trocito de eso. No somos realmente conscientes de que la felicidad no es un bien, ni algo que se pueda poseer, ni siquiera algo que viene y va. La felicidad es una actitud, una forma de vida, un placer. Y no un placer cualquiera como el que nos produce lograr un objetivo, como el que nos hace sentir esa acción de ayudar a alguien, como el que proporciona eso de poder disfrutar de unos momentos íntimos y mágicos para hablar con nosotros mismos, ni siquiera es comparable al placer que produce un orgasmo. La felicidad es un placer que va mil veces más allá.

Realmente es un poco inexpicable. Por eso esta entrada está introducida por la definición que nos da la RAE sobre este término. Desecho la primera acepción, pues creo que se corresponde más bien con un placer de los que decía yo antes. Las dos siguientes me parecen bastante más correctas. No sé, estoy pensando que la felicidad es algo muy relativo. Seguramente si preguntásemos por ahí, mucha gente la definiría y casi todas sus respuestas serían parecidas. Aún así, me parece un algo demasiado complejo, personal, como para dar una definición exacta y válida para todo el mundo. Todos sabemos cuándo nos sentimos felices, pero no sabemos como hacer que se repita esa sensación. Me explico. Puede que algún acontecimiento o alguna acción nos proporcione felicidad, pero después, cuando estamos tristes, vacíos, nostálgicos, etc., al repetirse ese acontecimiento o acción, no sentimos aquella felicidad que nos inundó la primera vez. Es raro, ¿verdad? En mi opinión, lo que ocurre es que la felicidad es, como decía al principio, una actitud, un modo de vida. Y por eso, estoy convencida de que la felicidad es la capacidad de percibir la belleza en el entorno, tanto a nivel físico como biológico. Por ejemplo, me ha ocurrido muchas veces que observar el Sol esconderse tras el horizonte, me ha hecho inmensamente feliz. Recuerdo que era como una fuerza que me inundaba el pecho, que me emocionaba muchísimo. Pero cuando me sentía horriblemente mal por varias cosas, repetí esa acción esperando sentir lo mismo que aquel primer día. ¡Cuál fue mi desilusión al comprobar que ni por asomo sentía lo mismo!

Y todo esto ocurre porque cuando no estamos bien, cuando nos falta algo que nos hace sentir, de alguna forma, vacíos, existe una venda de tinieblas sobre nuestros ojos que nos impide apreciar la belleza de las cosas que nos rodean. Y una persona que es incapaz de ver más allá y descubrir esa belleza, ese sentido irrepetible de cada acontecimiento o acción en ese momento, está totalmente incapacitada para ser feliz.

Amigos, veamos siempre más allá. Mirémonos al espejo. Decidamos quién queremos ser. Quitémonos las máscaras que nos ahogan el alma. Apreciemos la belleza del hoy, sin importar el mañana. Vivamos, que el tiempo no vuelve. Seamos felices. No busquemos la felicidad. Hagámosla. Que la vida no nos lo impida. Luchemos contra las adversidades, por enormes que sean. Caminemos solos, o acompañados, ¡qué más da! Pero caminemos. Pues de nada sirve quedarse estancado en un punto muerto, en un callejón sin salida. Sonriamos, contagiando nuestra sonrisa. Piensa que hay mucha gente a la que puedes hacer feliz sólo sonriendo con sinceridad. Ámate, ama tu entorno, ama a las personas: sus defectos, sus virtudes, todo; ama el aire, el agua, la tierra; ama a tu planeta (sí, ese que destruimos sin cesar). Simplemente ama. Y sonríe al amar. Eso es ser feliz.

lunes, 17 de enero de 2011

La última entrada para ti, amigo.

Esta es la última entrada que te escribo, sólo que esta vez no escribo desde mi corazón destrozado o latiendo desbocado al pensar en ti. No. Lo hago desde la más absoluta entereza, indiferencia y seguridad.

Hoy, que por fin no pienso casi nada en ti, quiero decirte que estás fuera. Que ya no juegas en mi juego. Y no ha sido una decisión mía, sino tuya. Tú mismo me has hecho esto y me has dejado escapar lentamente. Ahora, para ti, soy algo irrecuperable. Y supongo que ahora mismo no te importa, pero te importará. Por eso te lo digo.

Hacer daño no es algo gratuito, cariño, ya lo verás. Todo cae por su propio peso, es cuestión de gravedad. No mentiré diciendo que no ha sido doloroso, porque casi me cuesta mucho más de lo que hubiera podido imaginar. Sin embargo, ya te dije en alguna ocasión que soy como una mala hierba: nunca muero. Hazte a la idea, por favor, de que ya no me importas, de que has pasado de ser algo muy grande a no ser nada, de que ya no me dueles, de que ya no tengo miedo de perderte... Simplemente te has ido. Me has abandonado.

Amigo, yo que jamás te mentí, que jamás te hice daño a conciencia, ¿por qué merecía que me despreciaras así? He estado haciéndome esta pregunta desde hace más de un mes, casi. Aún no tengo mi respuesta. Ahora ya no la quiero, al igual que no quiero nada de ti.

El daño que me has hecho (y lo peor: el que me has hecho a conciencia) ya no existe. La herida está cerrada. Ya no quiero oír lo que tengas que decir en tu defensa. No quiero ni una sola mentira más. Hasta aquí hemos llegado. Nuestro largo camino juntos, acaba aquí. Ojalá hubieses sido realmente mi amigo y hubieras encontrado dentro de ti el valor necesario para dar la cara y para ser sincero conmigo y haberme conservado. Pero no ha sido así, lamentablemente.

También quiero que sepas que no me dolieron muchas cosas de las que has hecho, lo que más me dolió fué la decepción que has dejado en mí. Realmente esperaba más, mucho más de ti. Pero no pasa nada, porque por encima de todo hoy quiero darte las GRACIAS por haberme hecho tantísimo daño y, con ello, haberme fortalecido. Por haberme hecho aún más fuerte de lo que ya sabes que soy. Gracias, por todo lo que me has dado y por todo lo que no has podido ni has querido darme. Gracias por haberme hecho tan feliz y tan desdichada. Tú y yo siempre dijimos que la amistad estaba por encima de todo, pero a pesar de ello no lo hemos conseguido hacer. No pasa nada, ya te digo que me siento muchísimo más fuerte ahora. Además, tú eres feliz y estoy harta de decir que no soy para nada egoísta, por eso me alegro infinitamente por ti. Sólo espero que esto sí sepas conservarlo. Por si te interesa saberlo, también yo soy feliz ahora, sin ti y sin nadie que me pueda seguir haciendo daño.

Yo, simplemente, arriesgué apostando por ti. Y me equivoqué, aunque como dice una canción de Nika "apostando por ti, yo también fuí feliz".

Y te dejo, en esta última entrada dirigida a ti, la canción que inspira mi adiós. Podrías escucharla, igual se te revuelve algo por dentro.

http://www.youtube.com/watch?v=XXmD6hH3IlQ&ob=av2el

miércoles, 12 de enero de 2011

Carnaval.

Por si el tiempo me arrastra a playas desiertas,

hoy rechazo la bajeza del abandono y la pena

(Manolo García, Pájaros de Barro)


Podemos disfrazarnos una y mil veces de algo que no somos, pero nuestra naturaleza siempre acaba por desenmascararnos.

Puedes sonreír aunque estés muriendo por dentro, o hablar con normalidad a pesar de que desees golpear a la persona con la que estás hablando, pero al fin y al cabo, lo que sientes está ahí. Hay mucha gente que disfraza sus sentimientos. Sienten amor, pero son incapaces de expresarlo. Se sienten solos, pero no piden ayuda. Están frustrados con alguien, pero son incapaces de aclarar el problema. Las máscaras muchas veces no engañan a nadie. Por eso no me gusta que me miren a los ojos, porque soy demasiado transparente y verían a través de todas mis máscaras. ¿Y qué verían? Pues realmente no lo sé.

El ser humano es un animal social que, sin embargo, es incapaz de estabilizar sus relaciones con el resto de su especie. Ninguna relación amorosa es perfecta. Ninguna amistad dura para siempre. Y habrá familiares que te apartaran de su camino. Y nosotros, esta loca especie, seguiremos escondiéndonos bajo máscaras tras las que sólo podrán ver las personas que realmente nos conocen, la gente que verdaderamente nos quiere, al fin y al cabo.

Los sentimientos no son algo malo siempre y cuando se expresen de la forma y en los momentos adecuados. Es necesario decir o demostrar un sentimiento. Si amas a alguien, tienes ciertos detalles y gestos que lo demuestran, consciente o inconscientemente. De nada sirve guardarlo dentro. La tristeza siempre acabará asomando a nuestra expresión y a nuestra mirada cansada de vida. El dolor nos hará llorar, gritar o incluso golpear algo. Para nada debes guardar ese enfado momentáneo con una persona, porque se irá incrementando con el tiempo y al final, cuando te desborde, descubrirás que si lo hubieses solucionado en su momento, no habrías llegado a ese extremo.

La sinceridad es un bien muy escaso. Pero creo que, ante todo, es importante la sinceridad con uno mismo. Si no estás haciendo algo bien, la última persona a la que debes engañar es a tu conciencia, ya que acabarás por convencerte de esa absurda mentira que habrás inventado para sentirte mejor.

El tiempo es algo que se gasta, que se agota. Cada persona tiene un reloj de enormes dimensiones lleno de arena que va pasando de la parte superior a la inferior. El proceso inverso es imposible por la ley de la gravedad. El tiempo es así, no vuelve. Cada uno tiene un tiempo, y sólo tiene que decidir qué hacer con él (algo parecido dijo Gandalf, de El Señor de los Anillos). Y no es fácil, claro que no. Hay que saber distinguir lo que es rentable de lo que es una pérdida de tiempo. Pero muchas veces hay cosas que nos parecen rentables durante unos meses e incluso años, y luego descubrimos que fue una enorme tontería, algo que realmente no resultó ser lo que se esperaba que fuera. A pesar de todo, es tiempo que has agotado vanamente y que no va a volver. Eso es lo que debe inspirarte para aprender a ver más allá de las cosas que prefieras o te parezcan atractivas en un momento determinado.

Otro detalle importante es no dar todo lo que tengas, guardarte algo en la manga. Porque, si no lo haces, cuando transcurra el tiempo, verás que te has quedado vacío. Entonces, las máscaras (las mil y una máscaras) necesarias para que nadie te pregunte si estás bien, serán muy difíciles de conseguir y ajustar adecuadamente a tu perfil.

La ilusión es algo que considero fundamental. Cuando las cosas se hacen con entusiasmo y esperanza, salen mucho mejor. A pesar de eso, hay que tener muy en cuenta que todas tus ilusiones se pueden desmoronar de golpe en cualquier momento. Por eso es necesario también dosificarlas y enmascararlas un poco. Es como un enorme muro para que no te hagan daño.

En general, la gente no es buena. Da igual como tú seas. El ser humano es un ente totalmente egoísta. También es soberbio, intolerante, orgulloso y ambicioso en grado sumo. Al menos la mayoría de la gente que he tenido el gusto de conocer (y son muchos). Ser una buena persona, tratar bien a los demás, sacar lo mejor de ti y mostrarte como realmente eres, no es sino señalar dónde deben disparar para matarte el alma y destrozarte el corazón. Y no hablo sólo de amor, sino también de amistad, de familias, de compañeros. Esto ocurre en cualquier parte. Por eso hay que ser una mala persona para triunfar en esta vida. Para ser alguien tienes que serte infiel a ti mismo. Y a mí me parece una falta de dignidad enorme. Un atentado contra tu libertad de espíritu.

El arrepentimiento no es algo malo. Eso de “arrepiéntete de las locuras que no cometas” no es sino una falsa que nos hemos inventado para justificar nuestro orgullo a la hora de pedir disculpas. Porque la palabra “perdón” es algo que nos resulta extremadamente difícil decir cuando realmente es sentido. Arrepentirse de haberse equivocado con alguien y pedir disculpas por ello, nunca está de más. Arrepentirse de lo que sea que haya trastocado de alguna forma nuestra vida, forma de pensar o forma de actuar, no es una cosa vergonzosa. Es una señal de madurez, de capacidad de evolución, de dignidad, de valía. Porque eso es ser realmente valiente: acercarte a alguien a quien has herido de cualquier forma y pedirle disculpas. Eso es ser realmente maduro: ver que te equivocaste cuando escogiste ese camino. Todo eso, amigos, es lo que me gusta ver en las personas que me rodean.

Pero, como estoy harta de decir, vivimos en un mundo totalmente loco y caótico en el que la gente ya no valora lo que tiene ni aunque lo pierda. Y así seguirá siendo hasta que por fin nos demos cuenta de que el futuro está en un solo sentimiento:

el AMOR.

viernes, 7 de enero de 2011

John.


Porque anhelar que el mundo sea un lugar mejor donde poder desarrollar nuestra vida, nunca fue una locura. Porque escribir el mayor himno al amor en forma de la canción "All you need is love" y darlo a conocer a prácticamente todo el mundo, no es algo que pueda permitirse hacer cualquier persona. Porque desde la primera vez que ví su foto en el disco de grandes éxitos que tenían mis padres, supe que siempre estaría enamorada de este hombre. A día de hoy, sigo sin entender muy bien este cariño que le tengo a John Lennon, pero de alguna manera, es un personaje que me fascina. Quizás sea por el hecho de que soñaba con un mundo mejor, porque amaba la paz y la libertad. Quizás fue eso lo que me quiso decir mi intuición cuando me enamoré de él por primera vez. ¿Quién sabe? Pero sé que, de alguna forma, lo admiro cada vez más conforme voy evolucionando como persona. En su canción más conocida en solitario, "Imagine", dice John "You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one". Y me encanta poder decir que, efectivamente, no eres el único, John.

En el CD de Grandes Éxitos que tenía (y sigo conservando) en casa, escuché varias canciones, pero hubo algunas, sólo algunas que me tocaron el corazón. Una de ellas era "Happy Xmas (War is Over)", que, si mal no recuerdo, era la número 8 del disco. También me gustaban muchísimo "Give peace a chance", "Power to the people", "Jealous guy" y, por supuesto, "Stand by me".

Hoy, que le echo de menos, aún sin haber tenido el gusto de conocerle, dejo aquí en este blog mío, su canción
"Imagine" traducida (por mí, porque los traductores son un desastre y ya que una controla el inglés, habrá que aprovecharlo). Espero que la disfrutéis tanto como yo. :)

Imagina que no existe un Paraíso,
es fácil si lo intentas.
Que no hay un infierno bajo nosotros,
y encima de nosotros, sólo cielo.
Imagina a toda la gente viviendo por y para hoy.
Imagina que no hay países,
no es difícil hacerlo.
Nada por lo que matar o morir
y ninguna religión tampoco.
Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz.
Tú... tú puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno sólo.
Imagina que no existen posesiones,
me pregunto si eres capaz.
Sin necesidad de codicia o deseo,
una hermandad del Hombre.
Imagina a toda la gente compartiendo todo el mundo.
Tú... tú puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno sólo.

lunes, 3 de enero de 2011

Las cinco nuevas tendencias para el 2011.

Te aseguro que si te tuviera delante ahora mismo, no me lo pensaría un sólo segundo y te partiría la cara. ¿Por qué? Hombre, si tú crees, opinas y consideras que lo estás haciendo de puta madre, me parece muy fuerte.

Bah, paso de perder el tiempo. Vayamos a cositas más importantes...

Señores, que en el 2011 ¡he inaugurado nuevas tendencias! ¿Que no sabéis cuáles són? Yo os las presento muy amable y generosamente. Lo haré como se merece: como si fuera un programa de televisión.

Bien, las tendecias decíamos. Pasemos a hablar de todas.

La primera de ellas es una que la gente utilizó en exceso durante 2010, pero en 2011 ya no funciona, excepto en casos muy concretos. Se llama manipulación. Un fuerte aplauso para ella. Gracias, gracias. Bien, la manipulación consiste en conseguir que los demás hagan lo que tú quieres, sin importar nada ni nadie más. Sólo importaríais tú y tu propósito. Y habría que conseguirlo al precio que fuera, convenciendo a la persona que se desea manipular de que lo que tú dices es totalmente cierto y es lo mejor. Aviso importante: con esta maravillosa tendencia me la jugaron dos veces en 2010. En 2011, conmigo no es válida. Es más, seré yo quien puede que la emplee con ciertas personas. :)

La segunda tendencia del 2011 es la independencia. Aplauso fuerte, por favor, que se oiga. Gracias, querido público. Sois geniales. La independencia es esa capacidad de libre albeldrío. Eso de hacer lo que te de la real gana, sin importarte lo que hagan los demás, sin necesidad de rendir cuentas a nadie ni de que ningún indivuduo/a te acompañe en tus actos que pueden ser más o menos locos. En 2010 se observaron varios intentos de imitaciones malas que fallaron estrepitosamente. Definitivamente en 2011 voy a utilizar muchísimo esta tendencia. Es que me encanta y la gente lleva unas imitaciones de ella que me hacen reír a carcajadas. En serio, son patéticamente malas. La mía, por supuesto es verdadera y de marca. ¡Toma! Osea, chico/a, porque yo molo, voy sobrada y paso de ti. Espero que no tengáis dudas, porque no tengo tiempo de explicároslas. :)

Nuestra tercera super tendencia para el 2011 es el egoísmo. ¿Y qué es el egoísmo? Es simplemente pensar sólo en uno mismo. ¿Los demás? Que les den. Gracias por ese cálido aplauso, gracias. Pero es que es justamente eso, que sólo te importes tú. Está estrechamente relacionado con la independencia, creo que son por lo menos primos hermanos. El egoísmo se ha dejado ver algo en 2010. Sin embargo, la gente se esfuerza por ocultarlo. Es como si se avergonzaran de reconocer que son unos egoístas. ¡Joder, si lo sois, lo sois y punto! Además, es desternillante que las personas intenten proclamar su independencia total y absoluta del mundo sin querer mostrar su egoísmo. Es algo obvio. No lo intentéis, ¿vale? O las dos o ninguna o sólo el egoísmo. A mí es que me va el 2x1 y me las pido las dos. :)

¿Otra tendencia? Pues mira, la sociabilidad. Aplaudidla también, claro que sí. Sin miedo. Sí, hombre, que hay que relacionarse con la gente. Ah, claro, que algunos prefieren encerrarse en sus respectivos grupos. Vale. Yo paso. La tendencia general en 2010 fue el agrupamiento cerrado. En el 2011 la cosa cambia. Se supone que las personas que han salido escarmentadas del asqueroso y maldito 2010 se relacionarán el doble y el triple, reirán junto a viejos amigos, retomarán antiguas y abandonadas amistades, saldrán más de fiesta o aunque sea a pasear con gente totalmente distinta... El año nuevo promete en el ámbito social. :)

La quinta y última tendencia de este año que acaba de comenzar es la fortaleza, que irá acompañada en la mayoría de las ocasiones de una cierta agresividad. ¿Os ha gustado esta, eh? Es que está el ambiente caldeaíto, lo sé. Bien, esta combinación explosiva será muy interesante de contemplar, ya que cuando alguien golpee, puede que el ataque rebote contre él/ella. Y la gente no está acostumbrada a ese tipo de cosas. Además, normalmente los golpes van a matar y no esperan encontrar defensa. Me guirro sólo de pensar en la cara de más de uno/a cuando se encuentre con esta magnífica y sobretodo necesaria tendencia. No habrá más tiranos/as. Y mola. :)

Lamentándolo mucho, señores, este show ha acabado por hoy. Pero algún día repetiremos.
Muchas gracias por su atención. :)


Ya véis que hoy estoy graciosa, pero eso es por el ataque de mala leche que tengo ahora mismo. Aunque, ¿no dicen que la música calma a las fieras? Pues imaginaros cómo estaba antes de ir a ver la Zarzuela con mi abuela. Jajajajajaja... La verdad es que ha sido una experiencia cuanto menos, interesante. De hecho pienso repetir en cuanto pueda. Eso sí, si puede ser para ver a este mismo grupo de gente, mejor. ¿Por qué? Pues porque una tiene las hormonas alborotadas no, lo siguiente. Y en sólo dos horas me he enamorado de un cantante, de un bailarín, de un músico y del mismísimo director de la orquesta (casado, por cierto, y con una hija preciosa). Lo mío es terrible, lo sé. No pediré que no os escandalicéis porque lo más normal es que lo hagáis. Pero es que las hormonas son las hormonas, y son algo así como "la llamada de la selva". Jajajajajajaja. Ya digo que estoy cómica.

En fin, que he empezado el 2011 riéndome de mí, de la vida, de mi situación, de ti y de este mundo loco que no para de dar vueltas de forma totalmente descontrolada. :)