tag:blogger.com,1999:blog-80109925381453284552024-03-21T20:24:16.626+01:00Soñando bajo la lluviaAledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.comBlogger319125tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-55798427200030732532014-09-15T16:51:00.002+02:002014-09-15T16:51:53.720+02:00Miscelánea de emociones almacenadas (I). "Creo que nunca seré capaz de acostumbrarme a mí misma porque ningún día me levanto siendo la misma persona. Y es maravilloso."<br />
<br />
"Siempre adelantando acontecimientos, cuando empiezan los besos yo ya voy por los mordiscos."<br />
<br />
"¿Y si el miedo me gana este pulso?"<br />
<br />
"La mejor forma de que acabe algo es de repente. Antes de que se pudra poco a poco. Creo que hablo de la vida, y del amor."<br />
<br />
"Qué mal repartida está la suerte y los sentimientos."<br />
<br />
"Ya hay que ser valiente, kamikaze o gilipollas para enamorarse de mí."<br />
<br />
"Ver la vida a través de una lente borrosa, empañada de tanto follar."<br />
<br />
"El amor será muy bonito, pero yo prefiero una botella de ron."<br />
<br />
"Tengo 23 años, un gato, dos libretas, tres grandes amigas, cuatro poemas y un puñado de sueños en las maletas."<br />
<br />
"Creo que las personas enamoradizas no lo están de otras solamente, lo están de la propia vida. De ahí su peligro y su encanto arrebatadores."<br />
<br />
"Es fácil quitarse la ropa y tener relaciones... La gente lo hace todo el tiempo. Pero abrirle tu alma a alguien, dejarlo entrar en tu espíritu, pensamientos, miedo, futuro, esperanzas, sueños... Eso es estar desnudo."<br />
<br />
"A unas personas les cuesta más salir de sus problemas que a otras. Luego están las que han tocado tanto fondo, que se han quedado ahí."<br />
<br />
"Te quiero como se quiere agarrar el cabecero de la cama cuando estás a punto de correrte."<br />
<br />
"La magia de ir paso a paso, pero como folle mal, ya verás la risa."<br />
<br />
"Las mejores personas que me he encontrado en la vida tenían el cerebro sencillo y el corazón complejo."<br />
<br />
"Pasar de tirarse a alguien a desearle suerte para los exámenes."<br />
<br />
"Ya no quiero conocer a nadie por miedo a la decepción."<br />
<br />
"Madurar es tener muchos miedos."<br />
<br />
"El arte de engancharse de noche como una perra y ser independiente como una gata de día."<br />
<br />
"Un hijo de puta guapo y encantador y una golfa libre y romántica. La historia tenía magia y drama. Sobre todo drama. De sobra."<br />
<br />
"Ya sabes la típica chica triste que sonríe mucho en la calle y llora cuando llega a casa."<br />
<br />
"Soy la típica que conoce a otros para olvidarte y acaba huyendo porque ninguno es tan hijo de puta como tú."<br />
<br />
"Triste es darte cuenta de que en la ciudad en la que vives ya no puedes ser feliz."<br />
<br />
"Soy de las que se enamora como una tonta pero folla como una hija de puta."<br />
<br />
"La envidia es el deporte nacional en este puto mundo."<br />
<br />
"Seré la gata bajo la lluvia. Y maullaré por ti."<br />
<br />
"Tengo nostalgia de mí misma."<br />
<br />
"¿Sabéis el típico juguete que todos los niños quieren y al mes ya lo han olvidado? Bien, pues yo soy el juguete y estoy ya hasta el coño."<br />
<br />
"Para qué quieres comprar flores si se mueren, para qué quieres enamorarte."<br />
<br />
"Maldita flor de ciudad. Corazón letal."<br />
<br />
"Lo mío es ser una nostágica, pero solo por vicio. Porque nunca sé qué cojones se supone que estoy echando de menos. Y aún así, sigo."<br />
<br />
"Un día conoces a alguien que se fija más en tus inquietudes y tu puta cabeza que en tu culo, pero tampoco."<br />
<br />
"¿Y si en lugar de quererme tanto pruebas a quererme bien?"<br />
<br />
<br />Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-6976834887927253032013-08-13T13:48:00.003+02:002013-08-13T13:48:37.035+02:00Crecer. <blockquote class="tr_bq">
<b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><u>Se acabó. </u></span></b></blockquote>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwCaenKZI7ScJllT4PEYmTIlGkzGmi2n5hsOPmHI9Xvskctvuw1gL0JrrUZnzx1xTEwPnQF7RyzFiHuFnXJ2IwG1BbeXmVvm4wLztLDBuBeC9BTOIKUAMwyqqIsTTTK7msyEjxWH_SmLvI/s1600/Coffee_and_cigarettes_by_Kukuruki.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwCaenKZI7ScJllT4PEYmTIlGkzGmi2n5hsOPmHI9Xvskctvuw1gL0JrrUZnzx1xTEwPnQF7RyzFiHuFnXJ2IwG1BbeXmVvm4wLztLDBuBeC9BTOIKUAMwyqqIsTTTK7msyEjxWH_SmLvI/s320/Coffee_and_cigarettes_by_Kukuruki.jpg" width="320" /></a>He terminado de digerir este año. Ya he asumido (por fin) que se ha acabado. A veces me dan miedo los cambios por el enorme trabajo que me supone asumirlos. Lo curioso es que<b> los cambios siempre llegan cuando por fin te has acostumbrado a cómo estaban las cosas.</b> Y claro, eso es duro.<br />
<br />
Hace un mes y medio no paraba de pensar que <b>no quería pensar</b>.<b> Deseaba sólo dejar la mente en blanco, ser de piedra, no sentir nada.</b> No quería que el curso acabara. No quería dejar atrás Cádiz, ni a mis amigos, mi familia adoptiva. No quería avanzar. No quería ir más allá. Quería quedarme en aquella playa, siendo mecida por las olas bajo el incandescente Sol de Junio. Quería seguir en aquel salón, rodeada de mierda. Quería seguir en mi habitación, con mi cama de matrimonio. Quería seguir en mi maravillosa terraza del piso de alquiler, a la que me podía asomar cada mañana, cada tarde y cada noche, y ver el mar. Y lo más importante: olerlo. <b>Oler el mar. Para mí, ese es el olor de la libertad</b>. No quería irme, ni avanzar, ni crecer, ni asumir las implicaciones de finalizar mi etapa universitaria...<br />
<br />
Pero la vida, al fin y al cabo, no es lo que queremos, deseamos o esperamos. Ni tan siquiera es aquello por lo que luchamos. La vida tiene su propio plan. Y yo, cuando volví a casa, debía parar. Parar para respirar y asumir que se acabó. Que todo lo que había pasado no volvería a pasar. Que lo único que quedaría de aquello serían algunas personas y montones de recuerdos que arrancarían miles de sonrisas y alguna que otra lágrima. Debía superarlo y me daba tantísimo miedo que me cerré en banda durante las dos primeras semanas del verano en casa. No paraba de hacer cosas para ayudar a mi madre o mi abuela, no paraba de ordenar ropa, deshacer maletas, salir por ahí, hacer proyectos de cara al largo tiempo que me espera estando en mi pueblo.<br />
<br />
Para ser sincera, tenía tal aceleración, estaba tan sumamente sobrepasada por las circunstancias, que no podía parar. No es que no quisiera. Es que<b> no tenía elección: no podía parar.</b> Y esperaba una caída a la realidad bastante más dramática y dura. Con muchas más lágrimas y riesgo incluso de hundirme. Pero no fue así. Lloré encogida en mi cama. Asentí en silencio ante la implacable realidad: <b>habían sido hasta ahora los 5 mejores y peores años de mi vida, ahora parecían como un sueño y yo tenía que volver a empezar desde cero.</b> Ya he dicho que llevo mal lo de los cambios. Este, en particular, me acojonaba hasta bloquearme. Y allí, echada en mi cama, a oscuras, fui llorando y soltando esa aceleración, esa sobredosis de emociones que me azotaba el alma desde hacía unos meses.<br />
<br />
Si me preguntaran por los dos años de mayor locura de mi vida, tendría muy clara la respuesta: el primero y el último de la carrera. Aunque existen diferencias notables entre ambos. El primero fue caótico. Fue un remolino de nuevas experiencias, de nuevas personas y de sentimientos. El último, en cambio, ha sido un perfecto orden: momentos de estudio, momentos de fiesta, momentos con los amigos, momentos con la familia...<b> Equilibrio</b>. Eso que yo no encontraba desde hacia bastante tiempo.<br />
<br />
Y a esto me refería cuando hablaba de los cambios: justo ahora que había encontrado el equilibrio perfecto, la independencia y la felicidad... ZAS! Vuelta a un pueblo de 7000 u 8000 habitantes para trabajar en algo que implica tener conocimientos de los que, sinceramente, carezco. Y vuelta a vivir con mi familia: mi madre (a menudo sobrepasada por las circunstancias y la actitud del resto de la familia), mi padre (con una depresión que se niega a reconocer), mi hermana mediana (inestable hasta decir basta), mi hermana pequeña (que empieza a seguir los pasos de la mediana) y mi abuela (una mujer de 80 años totalmente superada por las circunstancias y harta de vivir entre faltas de respeto y carencias importantes de amor, muy perdida). La verdad es que, después de vivir con dos compañeras independientes las unas de las otras, cada una con sus horarios, sus comidas, sus costumbres, sus amigos y sus cosas; volver a vivir en casa, con mi familia, con 10 ojos vigilando permanentemente si estoy haciendo lo que tengo que hacer, con los horarios establecidos y obligatorios, con esa obligación no escrita de ayudar en casa... Es duro. Y es difícil de aceptar. Es como si te encerraran en una jaula después de 5 años volando.<b> ¿Todo esto para qué?</b> Es una oportunidad de trabajo y no debo dejarla escapar. Soy consciente de eso. Pero insisto: ¿para qué? <b>Esto no es lo que yo quiero. Esto no es lo que deseo para mí. No quiero quedarme aquí. No quiero trabajar en esto. No me hace feliz ni lo hará. Y eso es algo que tengo muy claro.</b> Sin embargo, seguir dependiendo económicamente de mis padres no es la ilusión de mi vida. Y, aunque sea sólo por eso, voy a trabajar en esto que ha aparecido de la nada.<br />
<br />
<br />
<br />
La verdad es que <b>ya no deseo volver a Cádiz.</b> No quiero. Lo pasado, pasado está y de nada sirve tratar de revivirlo. El tiempo pasa, pasamos de una fase a otra, nos guste o no. A todos nos gustaría quedarnos estancados en una etapa de nuestra vida y ser felices en ella para siempre. Pero eso no es realista. Y por eso ya no quiero ni volver a Cádiz ni tratar de volver a sentir lo que he sentido o hacer las locuras que he hecho.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjObkSEbk5fPpYKq_2NJCiwejAQg1GTacDNCgz4RAESvwD5iupb2CZ2FWvz2Wg0__7WXYExVF1YTcktceo-ya0neCyEFVHXFfkJNUer637l_3Uh6ZBiLkymGMkqzGHmI1ZhFgs5BbGzGbl_/s1600/004972c336506f3b89e16a92682e6a90.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjObkSEbk5fPpYKq_2NJCiwejAQg1GTacDNCgz4RAESvwD5iupb2CZ2FWvz2Wg0__7WXYExVF1YTcktceo-ya0neCyEFVHXFfkJNUer637l_3Uh6ZBiLkymGMkqzGHmI1ZhFgs5BbGzGbl_/s320/004972c336506f3b89e16a92682e6a90.jpg" width="320" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjObkSEbk5fPpYKq_2NJCiwejAQg1GTacDNCgz4RAESvwD5iupb2CZ2FWvz2Wg0__7WXYExVF1YTcktceo-ya0neCyEFVHXFfkJNUer637l_3Uh6ZBiLkymGMkqzGHmI1ZhFgs5BbGzGbl_/s1600/004972c336506f3b89e16a92682e6a90.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjObkSEbk5fPpYKq_2NJCiwejAQg1GTacDNCgz4RAESvwD5iupb2CZ2FWvz2Wg0__7WXYExVF1YTcktceo-ya0neCyEFVHXFfkJNUer637l_3Uh6ZBiLkymGMkqzGHmI1ZhFgs5BbGzGbl_/s1600/004972c336506f3b89e16a92682e6a90.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjObkSEbk5fPpYKq_2NJCiwejAQg1GTacDNCgz4RAESvwD5iupb2CZ2FWvz2Wg0__7WXYExVF1YTcktceo-ya0neCyEFVHXFfkJNUer637l_3Uh6ZBiLkymGMkqzGHmI1ZhFgs5BbGzGbl_/s1600/004972c336506f3b89e16a92682e6a90.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
Hoy, estoy triste porque tengo muchísimo miedo. Estoy siendo emprendedora en tiempos de crisis y en un trabajo que no me apasiona lo suficiente como para no tener miedo o darlo todo para sacarlo adelante. Me resulta triste no poder hacer nunca lo que quiero. Parece que la vida mueve sus propias fichas y juega conmigo mientras se ríe de mis lágrimas. <b>Estoy triste porque empiezo a asumir que no tengo el control ni siquiera de mi propia vida. </b>Estoy triste porque siento que ya no soy joven, sino adulta. Con responsabilidades, con deberes, con personas que necesitan que trabaje, con obligaciones que siento que me vienen bastante grandes...<b> Y aún así, también me siento orgullosa de tener los cojones de dar la cara, pisar con seguridad el suelo y decir "Yo puedo con esto". Y lo hago. Y creo que todo esto que estoy haciendo, aunque me haga sentir tan sumamente fuera de control, es al fin y al cabo, <u><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">CRECER</span></u>. </b>Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-5621371230814207332013-06-25T22:08:00.001+02:002013-06-25T22:08:22.956+02:00Despedida. Quisiera detener el tiempo y crear un bucle en el que se repitan estos 5 años, sin que avance el tiempo.<br />
<br />
Ojalá pudiera volver a sentir todo lo que he sentido estos años. Ojalá pudiera volver a experimentar el sabor del descubrimiento de la libertad, volver a equivocarme, volver a hacer aquellas locuras, volver a conocer a la misma gente, volver a hacer los mismos viajes, volver a descubrir mil cosas nuevas, volver a vivir al límite...<br />
<br />
Jamás pensé que cinco años, sólo cinco años, darían para tanto. Siento que no soy aquella niña de 17 años que era cuando todo este viaje comenzó.<br />
<br />
Mi vida ha cambiado por completo y mis circunstancias también.<br />
<br />
No me ha salido ni uno solo de todos los planes que tracé cuando planificaba mi vida (sí, yo siempre tratando de tenerlo todo bajo control y planificado), pero me he dado cuenta de que estaba todo predestinado. Estaba todo escrito: la carrera, las personas, los compañeros, las risas, las lágrimas, el sexo, las fiestas, los agobios, las equivocaciones, las caídas y las remontadas, los amores, las locuras, las decisiones más duras de mi vida y los momentos más felices. Estaba todo escrito en estos 5 años.<br />
<br />
Y hoy, que estoy especialmente sentimental, quiero dar las gracias a todas las personas que se han cruzado en mi camino para bien o para mal.<br />
<br />
Y también quiero dar las gracias a "eso" (sea lo que sea) que mueve los hilos de la casualidad y el destino y que me hizo descubrir que no siempre el camino que se planifica es el camino que seguiremos.<br />
<br />
Hace 5 años, yo tenía muy claro lo que quería hacer y hasta dónde quería llegar. Sabía dónde y cómo quería estar dentro de 20 años. Pero la vida me dio su primer revés y tuve que tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida, y fue esa decisión la que me trajo hasta aquí.<br />
<br />
Durante 5 años he estado a punto de abandonar en muchas (muchísimas) ocasiones. Y una de las principales razones por las que no lo hice fue por las personas que tenía aquí y que, de alguna manera se convirtieron en mi familia poco a poco. Ese es otro motivo por el que dar las gracias: a esas personas que hacen que mi vida aquí tenga sentido y sea tan increíble. Gracias.<br />
<br />
Gracias Cádiz, gracias amigos y compañeros, gracias a la vida por todo esto. Aquí termina una fase que creo que será una de las más importantes de mi vida, pero dará paso a otra. Y en el camino recorrido he aprendido más de lo que jamás imaginé.<br />
<br />
Chicos/as, os quiero.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-17791239004934328032013-06-02T09:37:00.002+02:002013-06-02T09:37:45.379+02:00Vivir no es tan fácil. La vida nos la pintan mucho más fácil de lo que acaba siendo en realidad.<br />
<br />
Nacerás, serás un niño/a, irás al colegio, después al instituto, si estudias irás a la Universidad, después buscarás trabajo, buscarás pareja, comprarás una casa para construir una nueva familia, crearás tu propia familia, seguirás trabajando hasta tu jubilación, mientras te esfuerzas por criar a tus hijos, que también nacerán, irán al cole, irán al instituto y puede que a la universidad también. Y así hasta que mueras, probablemente solo/a, o probablemente rodeado/a de hijos/as y/o nietos/as.<br />
<br />
Si la vida fuera eso, sería relativamente mucho más fácil de lo que verdaderamente es. Porque todo el mundo tiende a hablarnos de lo que vamos a hacer en términos generales. Nuestros padres ya tienen un plan hecho para nosotros, hasta el punto de empezar a ahorrar desde muy jóvenes para pagar nuestros estudios 20 años después. Todos saben prácticamente desde el principio el camino que tomaremos. Y nos guían por él. Y nos lo van descifrando, cual visionarios. Pero ¿quién nos habla de lo demás? Es decir, ¿quién nos habla de lo que sentiremos o de las personas que conoceremos por el camino de nuestra vida? ¿Quién nos habla de cómo afrontar los cambios, las despedidas o las emociones que nos sorprenderán a lo largo de ese camino? Nadie lo hace. Nadie te prepara emocionalmente para lo que se te viene encima desde que empiezas a tener uso de razón. Nadie te cuenta que puede que tengas que despedirte algún día de algunas de las personas que más quieres o que son más especiales para ti. Nadie te prepara para las decepciones ni te cuenta lo duro que es salir de la Universidad y no tener trabajo. Nadie te dice que algún día puede que tengas que dejar de seguir a tu corazón y debas guiarte por la razón aunque de miedo y duela. Nadie.<br />
<br />
Creo que, en cierto modo, es bueno porque así vivimos a tope el momento sin pensar en que en algún momento se acabará. Nos encargamos de disfrutar, de hacer locuras, de equivocarnos, de atarnos irremediablemente a ciertas personas que nos marcan para siempre, de establecer vínculos con lugares especiales en nuestras vidas, de tener sueños que no sabemos si llegaremos a realizar algún día. Y no tenemos en cuenta el tiempo realmente hasta que somos conscientes de que se acaba una nueva etapa o de que se acerca una nueva despedida. Vivimos realmente cada día como si fuera el último. No en el sentido de que hagamos locuras cada día, sino que vivimos ciegos, sin querer aceptar el carácter efímero que tiene todo en esta vida. Nos cuesta horrores asumir que no somos inmortales, que no tenemos verdaderamente poder sobre muchas de las cosas que pasan a nuestro alrededor y que no está en nuestras manos realizar nuestros sueños. Pero llegan momentos en los que la propia vida nos obliga a aceptar esos hechos. Y claro, acostumbrados a vivir ciegos y en nuestra propia fantasía, nos duele mucho que la vida nos recuerde que nada es para siempre, aunque lo parezca. Nada.<br />
<br />
Por eso estoy en un momento extraño, de transición y de excesivo autoengaño. Me he propuesto no volver a pensar más en despedidas, trabajo, másters, compañeros, amigos, etapas y demás hasta que llegue el momento. Juro que llevo intentándolo semanas, pero mi subconsciente es un hijo de puta. Y se entretiene en hacerme soñar con todas esas cosas. Juega a controlarlo todo, a romper las reglas, a desafiar el destino y tomar las riendas de mi vida. Y me hace sentir que puedo. Y luego, cuando descubro que no, el golpe es más duro. Pero claro, mi subconsciente pasa de los efectos que tienen sus jueguecitos en mí. Y sigue mostrándome mientras sueño, imágenes de lo que podría ser y yo sé que jamás será. Y así con todo.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-84138892393214855102013-04-12T02:49:00.004+02:002013-04-12T02:49:53.303+02:00Nuevas experienciasNunca sabes de quién te vas a enamorar, ni lo que vas a sentir por cada persona. Es una incógnita que sólo se desvela con la relación y con el tiempo. A veces no te lo puedes ni imaginar.<br />
<br />
Últimamente me están sorprendiendo algunas cosas que siento por algunas personas. Me dan un poco de miedo (sí, ya sé que estos últimos meses sólo siento miedo), pero estoy dispuesta a experimentar, a ver qué pasa.<br />
<br />
Ya he dicho que mi vida no deja de dar giros inesperados y que yo estoy en medio del huracán. Espero que la corriente no me arrastre hasta el abismo. Otra vez no.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-36640902218287272932013-04-12T02:41:00.002+02:002013-04-12T02:41:39.766+02:00Mis 5 años de carrera y la brújula que no paraba de girar.Pues hacía mucho tiempo que no sentía nada, que no era capaz de llorar. Había encerrado mis sentimientos bajo llave en lo más hondo de mi alma. Pero existe una persona, una sola persona que es capaz de entenderme, hacerme ver lo que siento y hacer aflorar mis sentimientos. <div>
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Han sido 5 años. Los 5 mejores y peores años de mi vida. Ha reído, he llorado, me he emborrachado, me he liberado, he conocido a miles de personas, he sufrido, he luchado, me he caído y me he levantado, he hecho locuras, he ido a fiestas que ni imaginaba, me he superado a mí misma, he abierto mi corazón, he conocido a mis mejores amigos... Y en tan sólo un mes, mi mundo se ha vuelto del revés. </div>
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Siempre hago planes. SIEMPRE. Incluso rozo lo obsesivo. Y siempre se desmoronan ante mis ojos sin que yo pueda hacer nada más. Y eso es lo que ha pasado ahora. Yo tenía mi vida planificada. Antes de la carrera, yo iba a estudiar Medicina en cualquier parte, iba a conseguir ser una médica de hospital, conocida y respetada. Pero entonces mi vida dio su primer giro inesperado, sin avisar. No me llegó la nota y tuve que tomar otro camino. Escogí y me planté aquí en Cádiz, estudiando Ciencias del Mar y Ambientales. Una doble titulación, porque yo no podía conformarme con menos, yo siempre planteándome grandes retos. Y empecé la carrera. Salí de mi pueblo, de mi casa y empecé a vivir en una residencia con 33 personas más, entre las que no imaginaba que se encontrarían mis mejores amigos de ahora. Me desaté, me volví loca. Descubrí la libertad a los 18 años, me desmadré, lo dí todo y viví al máximo. </div>
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El segundo año hubo otro giro. Nueva gente, nuevo "grupo" de amigos, nuevo ambiente y, por supuesto, más esfuerzo para luchar por lo que quería. El primero, realmente desde Bachillerato. Nuevas relaciones, un nuevo mundo, en definitiva. Y así pasó el segundo año. Estudios, amigos nuevos, esfuerzo y olvidé a algunas personas de las que conocí en la residencia, lo cual fue un error que yo no apreciaría hasta dos años más tarde. </div>
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En tercero fue la caía en picado. Septiembre fue lo peor. Acabé una relación, discutí con mis amigos de segundo y me ví muy sola de repente. Pero estreché relaciones con otras dos personas. Estaba tan vulnerable que no pude evitar caer en las garras de un nuevo amor. Y con ello sólo me hundí más. Sufrimiento, incertidumbre, dudas, peleas, primeras veces, dolor, alegría... Demasiadas emociones. En casa las cosas no iban mejor y me hundí más. Y así empezó mi depresión. Dejé de ir a clase, dejé de valorarlo todo, incluso la vida. Mi vida. Me hundí en lo más profundo. Y así estuve durante un año entero, todo tercero. Hundida. Lo más duro de ese año terrorífico fue tomar la decisión más dura de mi vida. Había perdido un año entero de clases, había suspendido casi todo y tenía muchas asignaturas pendientes. Tuve que escoger si seguir luchando por sacar una carrera o seguir con las dos. Obviamente, con las dos no podía y tuve que dejar las Ambientales. Odio dejar las cosas a medias. Cuando empiezo algo, lo acabo. Por eso dolió tanto. Pero tuve que superar mi malestar y mi dolor, aunque seguía hundida. Y así pasó ese tercer año horrible. Hasta septiembre del año siguiente. Vuelta a Cádiz, la muerte de mi tía y los problemas de mi hermana. Mi familia totalmente seccionada, el dolor presente, una carrera abandonada, muchas asignaturas pendientes, poco dinero y yo igual de sola. </div>
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El cuarto año empezó mal y fue poco a poco a peor. Granada, soledad, dolor, impotencia, una nueva relación kamikaze y al final cambio desesperado de piso y de aires. Tuve que huir de ese agujero, y lo hice. Al salir de la mierda que me ahogaba, empecé a darme cuenta del tiempo que había perdido, a valorar a los amigos que había dejado atrás en mi espiral autodestructiva y a volver a luchar. Fue como renacer. Aprendí a quererme, a valorarme y a salir de mis espirales de autodestrucción. Volví a luchar, a estudiar. Mis amigos (aquellos a los que había dejado de lado por irme con otra gente) estuvieron ahí, apoyándome, ayudándome, sin hacer preguntas. Me sentí menos sola. Me sentí feliz, querida y viva de nuevo. El verano después de haber salido de aquello fue algo depresivo. Volver a casa, el ambiente tenso, los horarios controlados, la falta de libertad y de independencia. Y, sobretodo, la falta de planes. Se me hizo eterno. </div>
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Pero el último año de carrera se anunciaba interesante y excitante porque iba a seguir viviendo en Cádiz, donde el ambiente está lleno de energía, sonde la gente se mueve, donde estaban mis amigos y donde había aprendido a renacer. Así que empecé con ilusión. He sido muy feliz este año. He salido de fiesta, he recuperado a mis amigos, he estudiado y me he superado. Lo he hecho todo bien. Por eso, precisamente por eso, no puedo evitar preguntarme "¿Qué he hecho yo? ¿Qué demonios he hecho yo para merecer que la vida me juegue esta pasada?". </div>
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Yo iba a estar aquí el año que viene para poder estudiar un Máster. Y justamente ahora, tiene que surgir una oferta de trabajo perfecto para mí, importante y sin necesidad de desplazamiento. ¿Por qué tengo que seguir tomando estas malditas decisiones? ¿Me quedo en Cádiz, estudiando un Máster y paso un año más aquí con mis amigos? ¿O me voy a mi pueblo deprimente, a trabajar en una empresa que no sé si podré sacar adelante con tan sólo 22 años pero que tiene mucho que ver con mis conocimientos de la carrera? Es una decisión muy bestial. Es cierto que lo del trabajo es una oportunidad única, pero tengo 22 años y quiero vivir. He aprendido a ser feliz aquí. No quiero irme, no quiero dejar atrás a mis mejores amigos. No quiero que ellos estén aquí y yo allí, en mi pueblo deprimente. </div>
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Me he debido volver loca porque ni siquiera he querido pararme a pensar en que el año que viene me voy. Y hoy, hablando con una de las personas más importantes para mí y que ha estado a mi lado siempre, durante estos 5 años, he podido comprender lo que significa irme de aquí. No quiero irme, pero necesito el dinero y currículum. Por primera vez en varios meses he llorado, se me ha encogido el corazón y he sido consciente de lo acojonada que estoy con esto de irme y no volver. </div>
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Así que, esta noche he llorado más de lo que lo imaginaba. No me siento más relajada, sino que mi cabeza no deja de dar vueltas y el corazón no deja de dolerme. Quiero a mis amigos. Me arrepiento de los dos años que perdí con mi maldita depresión y de no haber sabido valorar ni siquiera mi propia vida o a mis amigos. Es muy doloroso, más incluso de lo que imaginaba. Y no sé qué hacer. Mi brújula gira como la de Pocahontas y no sé qué camino tomar. Necesito una señal, algo que me ayude a saber que estoy haciendo las cosas bien. Pero no llega. </div>
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Y aquí sigo, mirando la brújula y esperando. </div>
Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-24358080017747574392013-04-11T18:07:00.000+02:002013-04-11T18:07:34.078+02:00Independencia.La independencia no se entiende bien en la actualidad. De hecho creo que todo el mundo lucha incesantemente por depender de alguien, o por que alguien dependa de ellos... Eso me hace sentir un poco extraña e incluso mal algunas veces.<br />
<br />
Yo siempre he sido una chica romántica, que se enamoraba prácticamente del aire. Quería (necesitaba) alguien que me amara, que me mandara mensajes románticos, que me llamase todas las noches antes de irse a dormir o que me cogiese de la mano por la calle. Estaba casi siempre en las nubes. No había un sólo día que no pensara en algún chico y lo encumbrara como al hombre de mis sueños. Cada noche, antes de dormir, imaginaba que había alguien a mi lado, abrazándome. De hecho, necesitaba pensar eso para poder dormir.<br />
<br />
Ahora todo eso me parece un sarta enorme de tonterías. Mi personalidad ha dado un giro drástico, radical. He conocido muchos chicos, he besado muchos labios y he probado muchos sexos. Lo suficiente como para darme cuenta de que realmente la única persona que necesito que me quiera soy yo misma, y que hasta que yo no consiguiera eso, no lograría ser feliz. Y, tras dos años de depresión y una larga temporada de reflexión sobre las relaciones viéndolas desde fuera, he comprendido que estoy bien así, sola. Al menos por ahora.<br />
<br />
Cuando me paro a pensarlo, descubro que realmente no estaba preparada para tener una relación. Había mucha falta de autoestima y demasiada dependencia de por medio. Creo que una relación debe ser algo entre dos personas que implica un grado de confianza y respeto enormes. Mientras reflexionaba durante este tiempo sin nadie como pareja, he llegado a la conclusión de que no me han sabido querer. Y no es un arrebato de prepotencia, no. Es simplemente una certeza a la que he llegado después de tomarme un tiempo prudencial para mí.<br />
<br />
Yo quizás no sé lo que quiero, pero sí sé lo que no quiero. No quiero que nadie dependa de mí, no quiero que nadie me eche de menos cada día que no hablamos, no quiero que me digan que soy especial, no quiero que me traten como a una princesa, no quiero que me lleven a ver las estrellas, no quiero que me acompañen a casa, no quiero que me protejan, no quiero que me cuiden, no quiero que me hagan sentir indefensa o frágil... No quiero nada de eso. Prefiero una persona que me entienda con sólo una mirada, que me deje mi espacio sin resentirse ni rechistar. Prefiero tener a mi lado a alguien que no me controle, que confíe en mí, que me respete siempre y que no tenga tendencia a montarse historias por cada Tweet que escribo o cada cosa que hago. ¿Que me quiera? Sí, también. Pero que me quiera cuando tenga que quererme. Que sepa tratarme como una puta en la cama y como a una señor(it)a el resto del tiempo. Que no me juzgue por mi vida pasada. Que no me tenga miedo, sino sólo respeto. Devoción no, por favor. Me conformo con que me valore con todo, mis virtudes y mis (muchos) defectos.<br />
<br />
Yo no quiero monotonía ni rutina, sino aventuras, viajes y experiencias nuevas. Yo no quiero que me encumbren, sino que me dejen ser independiente y el (o ella) también. Yo no quiero romanticismos vanos, sino sexo maravilloso. Yo no quiero más palabras, sino más acciones. Yo no quiero malas miradas, sino buenos gestos. Yo no quiero bailar bajo la lluvia, sino caminar en silencio bajo el Sol. Yo no quiero regalos, sino entendimiento. Yo no quiero puntos suspensivos, sino puntos y seguido. Yo no quiero aniversarios, sino momentos inolvidables con mis amigos (o los suyos, o los nuestros). Yo no quiero estancarme, sino fluir como el agua del mar. Yo no quiero dejar de vivir, sino aprender a vivir compartiendo mi vida con alguien.<br />
<br />
Mi independencia actual me hace más fuerte. Soy prácticamente una Licenciada y, dentro de poco, una joven empresaria. No necesito nada más que fuerza para ser capaz de darlo todo en aquellas cosas que decida hacer, mi familia para apoyarme y mis amigos para regalarme momentos inolvidables. Nada más. Creo que esta independencia se debe a que aún no he conocido a nadie con quien me apetezca compartir mi vida. A veces pienso que soy demasiado difícil de llevar o de entender. Quizá tengo puesto el listón muy alto y pido mucho. Pero si pido mucho a los demás es porque también me pido mucho a mí misma. Necesito una balanza equilibrada, no otra descompensación como las de las relaciones anteriores. Quiero alguien fuerte, serio, inteligente, aventurero y comprometido. ¿Es tan difícil? Yo creo que no. Pero el mundo tiene otra opinión.<br />
<br />
Por lo pronto, mi estado actual sólo me provoca muchas ganas de conocer esos "otros peces en el mar" y probar nuevos labios, nuevas sensaciones y nuevas experiencias. No necesito amor (excepto en momentos muy raros y poco habituales), sino sexo. Mucho sexo para liberar estrés. Me apetece acostarme con alguien (a poder ser que esté bueno y lo haga bien) y que después se quede tumbado a mi lado abrazándome pero sin esa necesidad de cariño o amor que implica hacer eso con una pareja. Quiero que se vaya a la mañana siguiente, después de preparar café, que me de un beso en la frente y otro en los labios, y que me diga "Hasta que nos volvamos a encontrar".<br />
<br />
Aún así, soy incapaz de salir a la calle a buscar eso. Porque no creo que nadie lo entendiera, ni siquiera esa otra persona. Quiero una adicción con esa persona sin sentimientos de por medio. Quiero no tener que dar nada más allá de esos momentos de placer y lujuria. Y no quiero tampoco que me den nada más.<br />
<br />
La vida da muchas vueltas. Puede que mañana quiera que me quieran (y no que me follen). Ya se verá. Porque, si hay algo que tengo muy claro es que no merece hacer planes. Es mucho más divertido, dinámico y aventurero improvisar. Y eso haré mientras disfruto de mi juventud y de mi independencia.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-11089495321762965812013-03-05T03:13:00.001+01:002013-03-05T03:13:14.046+01:00Echar la vista atrás duele. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXnjJfI3P9zV-GBGrdMlKzSq7rYgS0aQxlHu-p2nRIIrSepGEn7gVhWNXtDdcMe3O71b1-7ZPFwfmP6HpwVLkNy7LDBFKWeTW9Bu-LJMe3iRwW3AlKdV8wxuJPDbxeRHIPPLmN_KOug5uI/s1600/Not_so_bloody_bay__Jamaica_by_SuperRah.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXnjJfI3P9zV-GBGrdMlKzSq7rYgS0aQxlHu-p2nRIIrSepGEn7gVhWNXtDdcMe3O71b1-7ZPFwfmP6HpwVLkNy7LDBFKWeTW9Bu-LJMe3iRwW3AlKdV8wxuJPDbxeRHIPPLmN_KOug5uI/s320/Not_so_bloody_bay__Jamaica_by_SuperRah.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Creo que de vez en cuando es bueno mirar atrás. A veces bastan unos meses. Otras veces solo un año. Y en algunas ocasiones especiales, merece la pena retroceder 5 años atrás.<br />
<br />
Hoy es una ocasión especial y, casi sin querer he retrocedido 5 años atrás. Hasta el primer año en el que entré a la universidad. He empezado por aquel verano de locura justo antes de embarcarme en esta aventura que ha sido para mí la universidad. He sonreído y me he avergonzado de lo inmadura y adolescente que era. He esbozado otra sonrisa en mis labios cuando he escuchado una canción que escuchaba cuando pensaba que estaba enamorada de la única persona que (hasta ahora) he conocido y he estado 100% segura de que era mi media naranja. He alucinado al contrastar cómo eran las cosas entonces con la realidad actual. Es increíble el cambio drástico que ha dado mi vida... Y han sido 5 años. Sólo 5 años.<br />
<br />
Me da miedo lo que pueda venir ahora, cuando acabe la universidad. Odio los cambios y, sin embargo, la transición desde la vida pueblerina (y algo exasperante) a la vida universitaria apenas la noté. No considero que fuera algo duro. Fue como soltar las ataduras de la familia y de un pueblo pequeño que siempre está al acecho del próximo chisme. Fue descubrir un mundo nuevo, lleno de posibilidades. Pero es que yo en aquel entonces, no estaba a gusto en la vida monótona de mi pueblo. Mi alma pedía un cambio de aires a gritos desesperados. Y supongo que por eso lo llevé tan bien. Ahora la situación es muy distinta. Estoy a gusto aquí. No quiero que esto acabe. Me niego a decirle adiós a las personas que tengo a mi lado ahora mismo. Me da un miedo terrible no volverlas a ver.<br />
<br />
Creo que no estoy en un buen momento psicológico o sentimental. Me siento insoportablemente insensible. Necesito llorar como sea. A veces me gustaría que me pegaran, que me dijeran algo realmente doloroso o que pasara algo realmente doloroso para poder sentir algo. Para poder llorar. Quiero llorar, pero no puedo. Y, sorprendentemente, esta noche lo he hecho. Estaba escuchando canciones de aquel momento (hace 5 años), cuando empecé la carrera, cuando pensaba tantas y tantas cosas que, poco a poco, se fueron derrumbando... Me ha parecido triste. Y por eso he derramado un par de lágrimas. Creo que no quiero crecer más. No puedo parar de llorar interiormente. Siento ahora mismo un pellizco en el pecho que me dificulta respirar. Es extraño. No esperaba que recordar a aquella chica de 18 años me fuera a hacer tantísimo daño... Y aquí estoy ahora, con 22 años por fuera pero 30 años por dentro. Queriendo llorar y sin poder hacerlo. Dura y fría como una roca en una noche de invierno. Rota por dentro, pero resistiendo contra el vendaval. Asustada como un animalillo bajo la tormenta, pero de cara afuera calmada y serena. Temblando por el miedo, pero sin detenerme en el camino. Creciendo, pero sin querer crecer.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1ZcBOQerMaBOzawnRNFsW2kb86RQEPeebZ9ofgwHau9ozaw0ztBwosbzs07ihS09ZKDjQFeaU6S9ibIh5ZyqPefUc1AKwl6nkiBXsOA_e6RlwYYi__nvYwajh4cj4nwbj_CGF66wognd-/s1600/156439_456581121079098_1044317588_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="207" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1ZcBOQerMaBOzawnRNFsW2kb86RQEPeebZ9ofgwHau9ozaw0ztBwosbzs07ihS09ZKDjQFeaU6S9ibIh5ZyqPefUc1AKwl6nkiBXsOA_e6RlwYYi__nvYwajh4cj4nwbj_CGF66wognd-/s320/156439_456581121079098_1044317588_n.jpg" width="320" /></a>¿Qué va a ser de mi vida? ¿Qué demonios voy a hacer? Soy una maldita obsesa del control. Y, si no tengo el control sobre mi vida, ¿qué me queda? Siento que estoy muy perdida y, como decía antes, muy asustada por no saber qué va a pasar. Me estresa, me agobia, me asusta. No quiero ir a peor. Tampoco sé si quiero ir a mejor. ¿Qué demonios quiero? No lo sé. No tengo ni la más remota idea. Aunque me empeñe en mentir a unos y a otros diciendo que yo sí que tengo muy claro lo que quiero hacer, en realidad no es cierto. Para nada. De hecho, es justo lo contrario.<br />
<br />
Para terminar, debo decir que hacía mucho tiempo que no escribía así, de madrugada y con el corazón encogido sobre sí mismo. Supongo que tan bien no debo de estar cuando he llegado a este punto. En serio, daría lo que fuera por poder sentir algo. Cualquier cosa. Amor, dolor, ira... Cualquier cosa.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-85388119482381948612013-02-02T05:05:00.000+01:002013-02-02T05:05:14.183+01:00Tocando fondo. Ahora, a subir. <br />
<div class="MsoNormal">
¿Sabéis esa sensación de necesidad que se siente a veces?
Sí, esa agonía ansiosa que una persona experimenta cuando una noche se ve
solo/a en la cama y se da cuenta de que necesita a alguien que le abrace. Es en
ese momento, en ese preciso instante en el que te miras a ti mismo y te muerdes
el labio inferior, cuando reconoces lo siguiente: "No quiero estar
solo/a". Y al reconocerlo, como acabo de hacer yo misma, se te viene el
mundo a los pies. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hoy me han dicho algo que me ha herido. Un amigo, que está
enamorado de mí, me ha dicho "Te echo de menos" y he sido incapaz de
contestar. No es normal en mí, o al menos no lo era en la chica que solía ser.
Pero hoy no me ha salido, simplemente. Así que he cambiado de tema para seguir
hablando con él tratando de ignorar sus sentimientos, cosa que, obviamente, lo
ha mosqueado muchísimo y (he aquí la cuestión) me ha dicho que parezco de
piedra. Y me ha dolido muchísimo. Pero porque es verdad. Y eso es lo que más me
jode. No sé exactamente en qué me estoy convirtiendo, pero me siento justamente
así: dura como una roca. Y no puedo evitarlo. Creo que aún no he superado toda
la mierda del año pasado. O tal vez no he superado los altibajos (más “bajos”
que “alti”) de los últimos dos años. No lo sé. Pero no me aclaro y puede que
eso haga daño a alguna gente especialmente sensible. Lo siento, pero estoy
acostumbrada a que la más sensible sea yo, así que encontrarme con personas que
son más susceptibles que yo misma… me choca bastante. Es, cuanto menos, algo
nuevo. No quiero ser de roca, no quiero convertirme en la mujer de piedra o en
la chica del corazón de hielo. No quiero. Me apetece llorar, llorar a mares,
encerrarme un poco en mí misma. Sentir… algo. Lo que sea. Algo como aquello que
antes sentía con tanta facilidad (al menos aparentemente). <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Creo que el problema es que mi mente ha dicho “Hasta aquí
hemos llegado” y me ha pedido vacaciones para esa parte del cerebro que se
encarga de los sentimientos o de las mariposas en el estómago. Recuerdo,
sonriendo, cómo era aquello de estar sentada a la mesa y no poder comer de los
nervios porque sabía que por la tarde iba a verle. Esa sonrisa de boba cuando
me mandaba algún mensaje o cuando me hablaba por Tuenti. Esas noches
interminables hablando por internet… Todas esas cosas me parecen ahora muy
lejanas y creo que ya no quiero eso. No quiero lo mismo. Necesito algo más,
pero no sé el qué. Me gusta tener el control, pero creo que quiero una persona
que llegue y me quite el control de las manos, que me obligue a llorar, a
sentir esas mariposas, a arriesgarme. Y, por muchos chicos que conozca y que me
quieran, ninguno me llena en ese aspecto. Ninguno me da esas cosas. Aunque me
quieran, cosa que me parece muy bien, no me hacen sentir “eso”. ¿Y qué quiero
decir con “eso”? Es que no lo sé. No lo sé ni yo misma, ¿cómo voy a esperar que
nadie lo sepa? <o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La cuestión es que esta noche me siento sola. Y tengo ganas
de llorar, muchas ganas, aunque las lágrimas no quieran salir de mis ojos. Creo
que necesito un cambio de aires. Daría lo que fuera por revivir septiembre en
Jerez, también de exámenes pero con Monster de por medio, con compañeras que se
queden estudiando conmigo por la noche y con esa cosa que no termino de
encontrar aquí en Cádiz. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Últimamente, me siento muy perdida. ¿O tal vez sea que he
perdido algo? La cuestión es que no sé por qué me miro al espejo y no me
encuentro a mí misma. Creo que me estoy perdiendo de una manera incorregible. Y
me da miedo. Es increíble el miedo tan enorme que me tengo a mí misma. A lo que
pueda llegar a ser. Me estoy volviendo una persona demasiado fría, menos
cariñosa, más… ¿fuerte? No sé si quiero ser fuerte. Sólo sé que me duele el
corazón, que siento que las tiritas están desgastadas y ya no sujetan apenas
los pedazos. Y, lo peor de todo: siento miedo cuando se venga abajo. Me da
miedo ser consciente (demasiado consciente de todo) y caer de nuevo al abismo. Aunque
haya gente que diga que me va a sujetar o que me va a salvar. Yo sé que cuando
caiga, estaré sola de nuevo conmigo misma. Y espero ser capaz de salir. Porque cada
día tengo más claro que de un momento a otro puedo hacer dos cosas: o mejorar
(sí, más todavía) o caer en picado. Y espero que no sea lo segundo, pero
tampoco deseo lo primero. ¿Veis? No sé lo que quiero. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Supongo que la cuestión es dejarse llevar, a ver qué pasa. Pero
soy demasiado impaciente, autoexigente y organizada como para dejar algo al
azar. Y puede que el haberme convertido en esa clase de persona sea lo que me
está impidiendo vivir. <o:p></o:p></div>
Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-74800676850551711012013-01-12T02:51:00.000+01:002013-01-12T02:59:10.906+01:00Princesas. A veces creo que me voy a volver loca. No entiendo nada. Y con ese "nada" me refiero a la gente. Un día están bordes y otro día están besándote los pies. Un día te quieren con locura y al siguiente te guardan un rencor que creías que no podía existir. Un día te dan un beso y al siguiente te dan una bofetada. No comprendo por qué.<br />
<br />
Aquí la primera cambiante soy yo. Es cierto que soy muy difícil de llevar en ese sentido. Pero en serio, ¿qué demonios está pasando aquí? No sé cómo ni en qué momento ha pasado pero, de repente, todo el mundo quiere estar conmigo. En ese momento tengo a dos chicos (como mínimo) locos por mí, diciéndome lo importante que soy en su vida y que no quieren pasar un día sin hablar conmigo aunque sea por WhatsApp. No es normal. Y ya no tengo claro si el problema son ellos o soy yo.<br />
<br />
Después de todo lo vivido, después de todo lo pasado, después de tantas experiencias... no estoy segura de lo que quiero, de lo que busco. No sé qué quiero hacer con mi vida. No sé qué demonios espero en un chico. No sé nada. Me siento bastante perdida. Lo más extraño de todo esto es que se supone que debería estar en uno de los mejores momentos de mi vida. Tengo éxito en casi todo. No tengo de qué quejarme. Entonces, ¿por qué me siento tan rara? Me miro al espejo y no entiendo por qué todos me quieren. Y, lejos de ser algo que me guste, es más bien algo que me agobia... Y mucho.<br />
<br />
Siempre he deseado ser la princesa del cuento. Esa chica sencilla, amable, hermosa, justa, inteligente y valiente que aparecía en cualquier historia que se precie. Quería correr aventuras, conocer gente nueva, reír hasta llorar, sentirme libre... Y ahora que lo tengo, que tengo todo eso, me siento vacía. ¿Acaso se me han acabado los sueños? No lo sé. No lo tengo claro. Y es que todo esto es nuevo para mí. Yo siempre fui la chica solitaria y rara. Aquella niña despistada, vaga e introvertida que no le caía bien a casi nadie y que apenas tenía amigos. Siempre fui el patito feo. Pero ahora... Ahora parece que soy el cisne. Y no soy capaz de decidir si me gusta o no. De hecho me da miedo. Me da tanto miedo que no quiero que me quieran. Y la explicación a esto es muy sencilla: las personas que dicen quererte son las que, cuando menos lo esperas, pueden hacerte daño. No quiero que me quieran. A menudo sueño que mucha gente que conozco se acerca a mí para abrazarme, mientras yo intento deshacerme de su abrazo gritando cosas como "Dejadme en paz" "Quiero estar sola" o "No os necesito". Y lo que más miedo me da es que tengo razón. Sólo quiero que me dejen sola. Me agobian. Me agobia eso de ser el centro de atención o de que de repente todos me quieran tanto. Antes no me querían tanto cuando yo verdaderamente los necesitaba. Y no sé si es porque guardo rencor o porque simplemente estoy loca, pero ahora no quiero que me quieran. No necesito que me quieran. Ahora soy fuerte, soy mayor y más sabia, he superado lo peor que he podido pasar en mi vida y no necesito nada de nadie (excepto mi familia y lo que necesito no me lo dan). Ahora soy independiente de ese cariño. ¿Será que me estoy volviendo de piedra? Me da miedo también pensar eso. No quiero volverme así. Y aún así, cuanto más sincera eres y más claras dejas las cosas, más insisten en quererte y protegerte. Es increíble. Y yo que creía que no le gustaba a nadie...<br />
<br />
También conocí "príncipes" que me trataron como a una princesa. Todos aquellos chicos sólo me hicieron comprender que no quiero que me adulen, que me adoren ni que me cuiden como si fuera de cristal. No quiero que me protejan, no quiero excesos de cursilerías ni de cariño, no quiero que me hagan daño... ¿Qué carajo quiero? No lo sé ni yo. Creo que estoy esperando a que llegue alguien que no sea un príncipe, que me ponga las cosas difíciles, que no cumpla la mitad de mis excesivas expectativas y que de un giro a mi vida. Creo que necesito a alguien que me empuje a vivir, a disfrutar, a relajarme y a ser simplemente feliz. Alguien que me acompañe a correr aventuras, que no sea inseguro, que no necesite decirme que me quiere día tras día sino que me lo demuestre... ¿Pido demasiado? No quiero ser un rollo de una noche, no quiero tener una relación basada sólo en el sexo, no quiero que me tome por una chica fácil. Quiero algún chico que me respete, admire, cuide (pero sin sobreprotegerme), ame y apoye siempre. Necesito que sea sincero tanto en lo bueno como en lo malo. Que tenga una vida aparte de mí, que tenga sus propios planes de futuro, que tenga amigos y vida social más allá de mí...<br />
<br />
Me cansé de los príncipes hace ya cerca de un año. Me cansé de que me vieran como la chica perfecta, como el amor de sus vidas, como el centro de sus universos. No quiero más príncipes. Sólo quiero un chico normal, que merezca la pena.<br />
<br />
Espero y espero... Y mientras tanto, seguiré durmiendo sola en una inmensa cama de matrimonio en la que siempre dejo ese maldito hueco esperando que alguien lo llene de esperanzas, complicidad, caricias, amor, confianza y, especialmente, futuro.<br />
<br />
Las chicas que dicen ser princesas no lo son. Puede que yo ahora sea infinitamente más princesa que cuando tenía 9 o 10 años. Pero me considero una princesa rebelde, que se niega a caer en la banalidad de la apariencia, que no distingue entre clases sociales y que, por encima de todo, lucha por ser algo que no es lo que se espera de ella. Yo lucho por mí, por mi felicidad, por ser quien quiero ser. Y eso es lo que me convierte, la mayor parte del tiempo, en una verdadera princesa.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-33579666152690892672012-12-26T12:52:00.001+01:002012-12-26T12:52:14.333+01:00Entrevistas imaginarias. 1- ¿Cómo te sientes ahora?<br />
- Bien. Genial. Fuerte, poderosa e indestructible.<br />
- Pero, ¿después de todo lo que ha pasado?<br />
- Sí. Lo que ha pasado no ha sido culpa mía, sino decisión de otra persona. Esa persona que acarree con su conciencia y con las consecuencias de sus actos. A mí ya no me afecta.<br />
- ¿Y no sientes ganas de llorar?<br />
- Pues sí, pero no puedo. Por más que lo intento es mayor la rabia y el odio que el dolor. Cada vez que creo que me voy a venir abajo hay una parte de mi subconsciente que se niega a derramar una sola lágrima más por esa persona que no merece ni el aire que respira. Me niego a sufrir. Me cierro ante ese sentimiento.<br />
- Entonces, ¿no sientes nada? ¿Dolor? ¿Rabia?<br />
- Siento rabia, frustración, incertidumbre, odio, rencor, ira, asco, indignación... Y sí, dolor. Pero he enterrado el dolor en alguna recóndita parte de mi ser de la que no lo dejo salir. También siento orgullo. Me siento muy orgullosa de mí misma.<br />
- ¿Por qué?<br />
- Por haber aprendido a ser fuerte. Por hacer todo lo que llevo haciendo estos seis días infernales. Por seguir manteniendo mi optimismo y mi alegría. Por ser todo lo que la otra persona no es. Por poder ser capaz de darlo todo por aquellos que amo. Por anteponer la felicidad de los demás a la mía propia. Por muchísimas cosas, en realidad.<br />
- ¿Y qué vas a hacer ahora? ¿Lo mismo?<br />
- Bueno... Me dedicaré un poquito más a mí y a mis estudios, trabajos y demás. Necesito hacer eso bien, porque tengo muchas esperanzas centradas en mí y en terminar este año. No puedo defraudarles ni defraudarme. Tengo que luchar porque eso salga bien. Pero, además, seguiré haciendo lo que he estado haciendo hasta ahora. Y no voy a llorar. No voy a llorar. Sólo voy a limitarme a sobrevivir y a ser feliz.<br />
<br />Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-44711499760297011482012-12-26T12:26:00.000+01:002012-12-26T12:26:02.440+01:00Hielo y roca. Indestructible. ¿Y qué haces cuando el dolor te quema por dentro pero una parte de ti se niega rotundamente a derramar una sola lágrima? ¿Qué pasa cuando sientes que te has vuelto repentinamente insensible? ¿Qué haces cuando ya no te importa lo que esa persona haga o deja de hacer? Nada. No queda nada que hacer, salvo seguir con tu vida, asumiendo que eres mucho más fuerte de lo que pensabas. <div>
<br /></div>
<div>
Y, a pesar de mi propio dolor, lo que peor llevo no es mi sufrimiento, sino el de los demás. Esa frustración que provoca la impotencia de no poder hacer nada más por aquellos que amas. Se hace insoportable verlos sufrir de una manera tan desgarradora, cada cual a su forma. Unos se sientan en un sillón a llorar o a darle vueltas a la cabeza mientras, distraídos hacen un sudoku. Otros, no lloran tan a menudo, pero se sientan en un sillón durante toda la tarde y gran parte de la noche, al lado del teléfono, esperando una llamada que en 6 días no ha llegado. Otros cometen excesos con alcohol, tabaco y euforia provocada por la rebeldía de negarse a encerrarse en casa para comerse el coco. Otros no tienen edad para enterarse de esta película... Y en medio estoy yo. Ayudando a unos y a otros. Sin tener tiempo para dedicarme a mí. Continuamente preocupada de que todos estén bien. Saliendo con unos, con otros, dando cariño, intentando aportar alegría y entusiasmo. </div>
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<br /></div>
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Y me siento de hielo. Me siento como su fuera una durísima roca. No me puede hacer daño nada. En cualquier otro momento de mi vida, si hubiera pasado esto, yo estaría llorando, hecha polvo, destrozada... Como están todos. Pero en este momento no puedo. Y no quiero. ¿Para qué? No quiero darle a nadie el gusto de ver lo frágil que soy. No quiero dejar que esto me haga daño y estoy sorprendida, porque lo estoy consiguiendo. He descubierto hasta dónde puede llegar el poder de mi mente. He decidido que esto no me va a afectar y aquí estoy, tan tranquila. </div>
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<br /></div>
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Pero es que son los demás... Son los demás lo peor... No sé qué hacer con ellos. No sé qué mas puedo hacer para ayudarles. Y algunos es que ni se dejan. Y yo no puedo más. Porque estoy haciendo de madre, de hija, de jefa de la casa, de hermana mayor... Y es mucha responsabilidad. Me siento algo agotada, pero sigo sin rendirme a la desesperación, a la pena y a la autocompasión. </div>
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<br /></div>
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He llorado demasiado en los últimos 5 años, por unos, por otros y por mí misma. Y estoy harta. HARTA. Completamente harta de lamerme las heridas, de autocompadecerme, de lamentarme... Me niego. Yo he decidido ser feliz. Y nadie se va a interponer en mi camino, simplemente porque yo, lejos de hacerle daño a nadie, me esfuerzo día tras día por hacerlos a todos felices. Y si estoy haciéndolo todo perfectamente, ¿por qué demonios me voy a sentir yo mal? A las personas no se les puede ayudar si no quieren tu ayuda. No se les puede hablar si no quieren escucharte. No se les puede abrazar si te dan puñetazos. Y yo puedo ser de mucha ayuda, si se me hace caso, se me escucha, se me entiende lo que quiero decir y se acepta mi humilde ayuda basada en la experiencia. Pero nadie se deja, y a mí no me queda otra que seguir tirando de este enorme carro. </div>
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Yo estuve en lo más hondo del más profundo y oscuro abismo. Y no quiero volver ahí jamás. Mientras me queden fuerzas, yo voy a seguir luchando día tras día contra eso. Siempre. Porque yo tengo derecho a ser feliz. Tengo todo el derecho del mundo mientras no le haga daño a nadie, que no se lo hago. Por lo tanto, voy a limpiar por enésima vez las mierdas que otros han dejado. Voy a ejercer de amiga, madre, anfitriona de la casa, hermana y todo lo que haga falta. Porque yo soy así. Y, a pesar de que me rodee el dolor, la frustración, la incertidumbre y la rabia, no me voy a rendir. Voy a seguir con mi actitud positiva. Y voy a seguir siendo fría como un témpano de hielo. Porque, ahora que todos están destrozados, es lo que se espera de mí. Y pienso cumplir todas sus expectativas con creces. Porque ellos sí se lo merecen. La otra persona no merece ni una sola de mis lágrimas. </div>
Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-35589510889008338692012-12-10T16:50:00.000+01:002012-12-10T16:50:04.932+01:00Volar alto. Muy alto. Las imágenes se sucedían tan rápidamente que no le daba tiempo a asimilar una cuando otra se abría paso a través de su mente.<br />
<br />
La primera era una mañana nubosa y fría en la que una fina cortina de lluvia empapaba el asfalto de una interminable carretera solitaria. Después aparecía un edificio borroso que parecía abandonado. Ella intentaba acercarse dubitativa, pero antes de que pudiera alcanzar la oxidada verja de hierro, otra imagen aparecía nítidamente en su mente. El suelo esta vez estaba cubierto de césped y centelleaba bajo el Sol radiante de una mañana de primavera. Y ella estaba sentada sobre él, dejando que la luz del Sol la envolviera en su abrazo. Después sintió como si estuviese volando a mucha velocidad, ascendiendo, y su corazón latía desbocada y descontroladamente. La siguiente imagen que pudo ver fue la de las baldosas de un suelo de mármol, tan lisas, tan brillantes, tan monótonas. Se sintió muy aburrida y decepcionada porque hubiera pasado aquel momento de gloria en que se elevaba hacia ninguna parte, aunque su corazón aún palpitaba al recordar aquel repentino vuelo. Transcurrido un tiempo indefinido, las baldosas dejaron paso a una sala blanca y vacía. Allí sólo había una silla, como las que suele haber en en instituto, en la que ella estaba sentada. Miraba hacia todas partes pero sólo veía... nada. Y nuevamente aquel vuelco en el estómago al recordar el acelerado ascenso que había experimentado anteriormente. De lejos llegaba el sonido de una música relajante, pausada, limpia y casi frágil, que trataba de calmar su ánimo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba muy nerviosa, muy acelerada y respiraba entrecortadamente. La siguiente imagen que se descubrió ante ella era la de una nueva carretera rodeada de desierto a través de la cual ella estaba caminando. Tenía la sensación de que era como una cinta deslizante, como las de los gimnasios. A lo lejos veía una gasolinera, pero cuanto más avanzaba y se esforzaba por acelerar, más se alejaba la gasolinera. Comprendió que a eso se debía la sensación de nerviosismo, de ansiedad y de agobio. Siguió caminando mucho tiempo, tal vez horas, pero no llegó a su destino. Agotada se vio a sí misma desplomarse en el suelo, encogerse y sollozar agotada...<br />
<br />
Y allí se detuvo todo. De repente, abrió los ojos y se vio guardando cajas en un diminuto armario trastero, rodeada de gente que no veía. No podía dejar de sentir un pellizco en el estómago al sentir como se había visto a sí misma elevándose a toda velocidad en un remolino de sentimientos como ilusión, esperanza, alegría o cariño. Quería sentir de nuevo aquella sensación. Era como una droga. Una droga que moría por volver a probar. Pero no sabía cuándo sería la siguiente ocasión, así que se limitó a aislarse en sí misma, respirar hondo y rememorar aquel instante de euforia y de plenitud.<br />
<br />
Por algún motivo no dejaba de asociar aquella sensación a una sonrisa... A la sonrisa de él. Sólo su sonrisa. Y su mirada. Y su voz. Y su aura, deslumbrante como la luz de mil soles.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-84689993796587149412012-12-04T21:35:00.001+01:002012-12-04T21:35:39.141+01:00Mierdas.Tragar lágrimas en silencio. Callar. No pensar. Coger los apuntes. Leerlos. No enterarme de nada. Releerlos. Comprender algo. Leerlos una tercera vez. Ya voy cogiéndole el sentido. Sacar un par de folios. Empezar a resumir. Otra oleada de lágrimas. Me las trago. La rabia me corroe, aunque la ignoro. Sigo resumiendo. Mejor será que me ponga música. Sí, algo triste. Y sigo resumiendo apuntes. Adelantando trabajo para cuando llegue el momento de demostrar todo lo que puedo hacer y todo lo que valgo. Para cuando llegue el momento de compensar deudas. Luchando por conseguir aquello que les han quitado a mis padres poco a poco: dinero. Siempre es el puto dinero. Lo odio. Algunas veces pienso en que prefiero morirme antes que vivir en esta mierda de mundo donde unos pocos acaparan el poder y los beneficios mientras los demás (la aplastante y exasperante mayoría) los mantienen y trabajan para no ver recompensadas sus jornadas de no parar.<br />
<br />
¿En qué mierda de mundo vivimos?<br />
<br />
A veces, repito, preferiría estar muerta. Porque tengo cada día más claro lo difícil que va a ser conseguir ser alguien (o, en su defecto, algo) en esta sociedad consumista, pobre, asquerosa y clasista en la que vivo.<br />
<br />
Y hasta aquí mis conclusiones del día de hoy.<br />
<br />
Igual parezco imbécil, pero otra cosa no puedo hacer siendo tan pobre de manera tan injusta.<br />
<br />
Ahora entiendo a mis padres. Y los compadezco.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-57327953609073615402012-12-01T16:52:00.001+01:002012-12-01T16:52:46.696+01:00Situación actual. Miedo y alegría. ¡Qué dos emociones tan distintas! Pero hoy siento ambas a la vez.<br />
<br />
Siento <b>miedo</b> al echar la vista atrás y verme en esta misma época el año pasado. No podía estar más perdida ni más ciega. Veía las cosas de una forma idílica que, por supuesto, no era la real. Me dejé llevar por el entusiasmo y las ilusiones acumuladas durante dos años. Recuerdo vívidamente cómo el mundo se derrumbaba a mi alrededor mientras yo empleaba mis energías en luchar contra el temporal de cara. Después, como es obvio, caía rendida cuando no podía más y me dejaba llevar por una espiral de amargura, dolor e impotencia. No me daba cuenta de que <b>aquella no era la estrategia adecuada</b>. No era capaz de asumir el hecho de que no debía enfrentar la tormenta, no debía correr contra ella, sino mantener una posición. El truco estaba en permanecer con los pies clavados en el suelo, sin dejar que me arrastrara. Pero, como venía diciendo, <b>estaba muy ciega</b>. A veces soy como un burro con una campana: me ciego en una sola cosa y no soy capaz de ver lo que hay alrededor. Claro que, gracias a eso, me he llevado muchísimos palos y he aprendido muchas cosas. ¡Y menos mal!<br />
<br />
También siento, como comentaba al principio, <b>alegría</b>. Mucha alegría porque me miro ahora al espejo y sonrío porque me encanto. Más gorda, más flaca... Da igual. <b>Me veo más sana por dentro y por fuera</b>. Y más feliz. Infinitamente más feliz. <b>Me siento más grande</b>, pero no físicamente, psicológicamente, ni siquiera en edad. Me siento más grande en aura. De una forma que nadie que no me haya visto cayendo al abismo puede entender. Mi ritmo de vida es apoteósico e incluso estresante a veces, pero me gusta. <b>Esas mil cosas que hago cada día me hacen sentir que estoy viva.</b> Me hacen irme a dormir cada noche más tranquila. El hecho de estar equilibrada por fin me está sentando como una suave brisa que llega después de un calor asfixiante. Estoy haciendo mil cosas por mí, y <b>sólo por mí</b>. En el ámbito de los <u>estudios</u> estoy estudiando, trabajando, asistiendo a todas las clases, entregando todos los informes en sus plazos, hablando con los profesores... Y todo ello con <b>energía positiva al máximo</b>. En la <u>amistad</u>, he retomado las amistades que dejé de regar hace 2 o 3 años, estoy conociendo a muchísima gente nueva, me estoy abriendo a las personas (moderadamente siempre) y estoy descubriendo que les gusto a muchas de ellas tal como soy. Ya no llevo máscaras ni caretas, ya no intento aparentar nada. Ahora me muestro como soy, como he conseguido llegar a ser después de muchos años y experiencias: íntegra, leal, sincera, lógica, agradable, simpática, positiva, cariñosa... Y no va nada mal. Todo esto aún me tiene muy sorprendida, pero me hace extremadamente feliz. En cuanto a los <u>sentimientos amorosos</u>... ando algo <b>perdida</b>. Y pasota, por qué no. He conocido a chicos que me han resultado interesantes, pero (por ahora al menos) <b>ninguno me llena lo suficiente</b>. Aún así, a los que más me gustan (2 concretamente) los tengo en "periodo de prueba". Digamos que los estoy conociendo y barajando posibilidades de cara a un futuro no muy próximo, porque ahora no quiero lanzarme a la piscina sin pensarlo. Necesito conocer a las personas, sobre todo si existe posibilidad de tener algo más que una bonita amistad. Sin embargo, no estoy preparada para mantener una relación de ese tipo con nadie. Y es algo muy fuerte porque yo soy lo más enamoradizo y romántico que hay en el mundo. Pero no puedo. <b>El miedo (o pánico o terror) a que me hagan daño me hace encogerme sobre mí misma y cerrarme en banda.</b> Tengo momentos de tonteo, euforia o calentón, como todo el mundo. Pero ahora (a diferencia de otras muchas veces) soy <b>yo</b> quien lleva el control. Y me gusta. Me siento poderosa. Lo único es que me da miedo volverme una persona fría y calculadora. Espero que ese momento no llegue jamás.<br />
<br />
Y este es el resumen de mi vida a día de hoy. Estoy un poco melancólica, casi nostálgica. Hoy me falta algo y no sé qué es. Pero, como dice mi madre, se puede perder la cabeza pero no el tiempo. Así que, ignorando esa sensación que me aprieta el corazón y que no entiendo, me voy a volver a sumir entre mis apuntes para hacer algo por mi vida.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-44000003737527047622012-12-01T12:17:00.001+01:002012-12-01T12:18:48.421+01:00I'm an Echelon. Mucho más que una banda, mucho más que música, mucho más que fans, mucho más que una sola voz, mucho más que canciones, mucho más que unas caras bonitas... 30 Seconds To Mars y los Echelon son una sola y misma cosa. Somos una familia. Compartimos un sentimiento, un propósito, una misma voz, un mismo amor. Somos todo y no somos nada.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPNUmOjtPdIlPz6BszqkI1eoFjGTQ2PULuFDvE5WpS11_EJ4kQWydRARgdTZbeadi1Wd_9dH4uCJruCir1QfdNYbIbNOHlCnqjmWTU-xm0mUMjxQAmmepsKYoCakzze4BdL-Tbvk8axduW/s1600/le-layouts-05.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPNUmOjtPdIlPz6BszqkI1eoFjGTQ2PULuFDvE5WpS11_EJ4kQWydRARgdTZbeadi1Wd_9dH4uCJruCir1QfdNYbIbNOHlCnqjmWTU-xm0mUMjxQAmmepsKYoCakzze4BdL-Tbvk8axduW/s320/le-layouts-05.jpg" width="320" /></a></div>
<br />Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-89361343157590111722012-11-25T20:52:00.000+01:002012-11-25T20:52:07.284+01:00Las riendas de tu vida.<span style="font-size: large;">D</span>esempolvó la oscura funda y sacó de ella la guitarra.<br />
<br />
Acarició las cuerdas levemente, sin hacer mucho ruido. Necesitaba expresarse, fundirse con ella, desgarrarse por dentro el alma y sacar lo que la estaba volviendo loca. Pero las cuerdas necesitaban unos retoques de afinación. Sonaban fatal.<br />
<br />
Se puso a ello mientras reflexionaba sobre todo: sobre ella, sobre lo que quería, sobre lo que hacía... Y, especialmente, sobre cómo las cosas estaban cambiando últimamente a toda velocidad, y ella iba perdiendo cada vez más y más control sobre ella misma y sobre su vida. Y odiaba no tener el control. A veces, llegaba a rozar lo obsesivo, pero le gustaba tenerlo todo diseñado a su manera, planeado de acuerdo a sus propósitos e ideas. En el momento en el que algo se le iba de las manos se sentía perdida. Totalmente perdida.<br />
<br />
Ahora que la guitarra sonaba algo mejor y las cuerdas vibraban bajo sus dedos, se dejó llevar por el torrente de emociones que sacudían su alma. Sin darse cuenta empezaron a caer lágrimas por sus mejillas, deslizándose hasta su cuello y perdiéndose en él. "No tengas miedo", se repetía una y otra vez. Pero no era capaz de creérselo. "¿Qué estoy haciendo?", "¿Por qué no tengo el control sobre mí misma y me dejo llevar por las ganas de disfrutar?", "¿Hasta dónde tendré que llegar para parar?"... Y así muchas otras preguntas se amontonaban en su cabeza mientras sus dedos acariciaban las cuerdas suavemente, como si fuesen un bálsamo reparador.<br />
<br />
No sabía cuánto tiempo había estado tocando aquella vieja guitarra, pero, cuando los dedos de la mano izquierda estuvieron doloridos de apretar las cuerdas contra el mástil, paró. Se sentía tan perdida que no era consciente del dolor. De ningún tipo de dolor.<br />
<br />
Se levantó y dejó la guitarra sobre la cama para mirarse al espejo. Vio sus ojos enrojecidos por las lágrimas derramadas. Vio su pelo ondulado resbalar por sus hombros. Vio su cuerpo, ahora más delgado, y se dio cuenta de que tampoco era para tanto. Vio sus labios que la noche anterior habían estado pintados de rojo. Los acarició y decidió que no tenían nada de especial para que varios chicos hubieran deseado besarlos la noche anterior.<br />
<br />
Se miró de nuevo entera en el espejo. No tenía nada de especial. y, sin embargo, había algo en sus ojos que estaba escondido. Era como un brillo que gritara "Aquí hay algo más". Sacudió la cabeza recordándose a sí misma que en el mundo en el que vivimos, se tiene en cuenta sólo el aspecto físico. Los sentimientos, anhelos, emociones, sueños, no cuentan. Entonces ¿por qué ella? ¿Por qué la chica que veía ahora reflejada en el espejo? ¿Por qué demonios tenía que pasarle esto cada noche que salía? Se encogió de hombros y decidió que no podía perder más tiempo sintiéndose tan indefensa y perdida.<br />
<br />
Había llegado la hora de retomar las riendas de su vida.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-91066450102054318852012-11-23T03:00:00.002+01:002012-11-23T03:00:26.672+01:00Cuestión de necesidad. Y esta noche yo también necesito un <b>hombre</b> que me haga el amor, me haga sentir una diosa y se acueste a mi lado, velando mi sueño y protegiéndome entre sus brazos.<br />
<br />
Quizás mañana no necesite eso... Pero hoy <b>sí</b>.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-42876589518623474802012-10-31T02:51:00.002+01:002012-10-31T02:51:33.029+01:00Sentimientos inexplicablesEstaban sentados uno junto al otro, él algo más recostado sobre su parte del sofá que ella. Sus piernas se rozaban ligeramente y, con cada roce, ella se ponía más nerviosa. No había demasiada confianza, sólo la justa para bromear sobre la curiosa pareja que podrían formar. No tenía ningún sentido pero, sin embargo, ahí estaba esa sensación de nudo en el estómago, de que le faltaba el aire, su corazón acelerado de estar tan cerca de él.<br />
<br />
Se habían quedado solos viendo la película. Y la habitación estaba algo oscura. Era la hora de la siesta y apetecía descansar. A ella le apetecía recostarse, pero temía que si se recostaba sobre él, la rechazaría. Así que permanecía rígida en su sitio. Él estaba medio dormido, así que decidió acomodarse ella también mientras no hubiera nadie más en el sofá. Él se dio cuenta y la miró.<br />
<br />
- Échate sobre mí, no me importa.<br />
<br />
Y ella, con las mejillas incandescentes, lo hizo. Apoyó la cabeza sobre su pecho y se dejó abrazar mientras sentía la calidez que emanaba del cuerpo de él, oliendolo, escuchando su corazón... Por un instante se sintió como volando a gran altura. Era como un sueño sentirse protegida por aquellos brazos tan increíbles y fuertes, sentir la respiración de él que suspiraba sobre su pelo, escuchar sus latidos, rozar sus manos...<br />
<br />
Se alarmó al darse cuenta de que en aquel preciso momento, en aquella posición en concreto, parecían realmente una pareja de enamorados. Algo en su interior se revolvió de ganas de hacer esa sensación una realidad, pero otra parte de ella la obligó a bajar de las nubes y recordarle que, a pesar de las bromas que se gastaban siempre, él jamás sentiría nada por ella. Y, sin saber muy bien por qué, aquello la hirió profundamente. Respiró hondo, allí apoyada sobre él, y decidió que, mientras pudiera, disfrutaría de aquellos pequeños momentos. Callaría aquel remolino de sentimientos y sensaciones que se acumulaban en su corazón. Ya habría tiempo para pensar y, sobre todo, para olvidarlo.<br />
<br />
La película acabó. Y ella se incorporó a desgana pero fingiendo determinación. Él también se incorporó y, tras ponerse en pie, se estiró, dejando entrever algunos de sus perfectos abdominales. Luego volvió a sentarse.<br />
<br />
- Voy a por un poco de agua, ¿quieres? -dijo ella, algo incómoda por el silencio que se había formado entre ambos al terminar la película.<br />
<br />
Él aceptó, sonriendo.<br />
<br />
Mientras se alejaba hacia la cocina, ella pensaba en que era una estúpida por plantearse siquiera la posibilidad de estar con aquel chico tan... diferente a ella. Jamás sentiría nada más que un poco de cariño hacia ella, se recordó por enésima vez. Sacudió la cabeza y llenó los dos vasos de agua. Se dio cuenta de que había lágrimas tratando de asomar a sus ojos y decidió tomarse un minuto para ella en la cocina, para evitar que él notara que estaba mal por algo. Después respiró hondo y volvió al salón.<br />
<br />
Lo que ella no sabía era que, mientras había ido a la cocina, él había estado evocando a cada segundo el olor de su pelo, el tacto de sus manos, la respiración relajada de ella apoyada sobre su pecho... Y se había descubierto a sí mismo suspirando sin querer y fantaseando con que cualquier día acabaría estando con aquella chica tan distinta, tan especial y tan rara. Sonrió para sí mismo, pensando que apenas la conocía. Y, sin embargo, ya empezaba a echarla de menos cada vez que se separaba de ella. Era cierto que aquel era un sentimiento que olvidaba después de estar un par de días sin verla. Pero era increíble aquel calor que recorría su cuerpo cada vez que la veía (y más cuando la veía sonreír) y era más horrible aún la sensación de alejarse de ella, de tener que irse y de no saber si la vería en una semana o tal vez dos días más tarde. No entendía por qué sentía aquellas cosas, pero, habiendo chicas más monas, más fáciles y que le gustaban más, no pensaba perder el tiempo... O al menos eso pensaba hasta que ella volvió al salón y su presencia lo iluminó como un Sol en medio de la oscuridad infinita.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-6893950229785745932012-10-31T02:31:00.001+01:002012-10-31T02:31:08.085+01:00Días de lluvia en los que aparecen en la mente momentos pasados e irrepetibles y llegan esas sensaciones de vacío en el estómago, en la mente, en el alma y en el corazón. Eso sí... Cada vez tengo más claro que <b>mejor sola que mal acompañada</b>.<br />
<br />
Y me pregunto por qué soy incapaz de plantearme siquiera estar con un chico. Me da pánico que intente acercarse más de la cuenta, que intente besarme o coquetear conmigo. No sé qué pasa conmigo, la verdad. Yo no solía ser así. Pero estoy muy rara...<br />
<br />
Espero que se me pase pronto.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-50547403203865566922012-10-31T02:28:00.001+01:002012-10-31T02:28:37.674+01:00No quiero.No quiero.<br />
No te quiero.<br />
Pero los recuerdos están ahí<br />
y odio recordar(te).<br />
Me encantaría poder borrarte por completo<br />
y no volver un año atrás<br />
cuando muchas cosas eran distintas...<br />
Pero hace poco hizo un año de una cosa<br />
y dos de otra...<br />
Y así no.<br />
Odio recordarte.<br />
Vete de mi cajita de momentos.<br />
Sal de mi mente.<br />
No quiero.<br />
No te quiero.<br />
Sólo deseo olvidar(te).Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-89393664078917810642012-10-21T13:20:00.001+02:002012-10-21T13:20:56.893+02:00Retos. A veces nos gustaría que las cosas fueran más fáciles pero... si las cosas fueran más fáciles, ¿qué retos tendríamos día tras día? No nos quedaría nada por lo que luchar. El hecho de que las cosas no salgan como esperamos, o que aparezcan baches en el camino es lo que nos incita a superarnos, a trabajar, a darlo todo.<br />
<br />
No quiero que me salgan las cosas bien. No quiero que me lo pongan fácil. Nunca me han puesto nada fácil. Si ahora lo hicieran, me decepcionaría porque no tendría que trabajar como siempre lo he hecho.<br />
<br />
Soy demasiado perfeccionista, puede que incluso obsesiva. Y eso me genera estrés, pero, por otra parte, me gusta mi estrés, me gusta tener mil cosas que hacer. Me gusta superarme día tras día. Pero tengo que aprender a encontrar un equilibrio entre trabajo y diversión sin que ello genere estrés ni arrebatos de culpabilidad. Así que ese es mi nuevo reto: aprender a tener un equilibrio entre lo que es el tema de los estudios y encontrar ratitos para mí, para disfrutar y ser feliz.<br />
<br />
¡¡¡A por ello!!!Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-7905432168648225392012-08-25T17:02:00.000+02:002012-08-25T17:02:02.339+02:00Nervios pre-Septiembre. Estamos ya a 25 de Agosto. Faltan sólo 7 días para irme de casa, para instalarme en Jerez, y 9 días para hacer el primer examen. Y estoy muy asustada. ¿Y si no me salen bien? ¿Y si decepciono a mis padres y tengo que volver a matricularme de varias asignaturas por 2ª o 3ª vez? ¿Y si suspendo la maldita QDA y este año tengo que hacer mil papeleos para volver a presentarme?<br />
<br />
Lo estoy intentando, juro que lo estoy intentando. Pero tengo la sensación de que nada es suficiente. Hay algo dentro de mí que me hace dudar. Y no puedo permitirme dudar. He decidido empezar a dormir sólo 5 horas diarias y el resto del tiempo estudiar, pero ahora resulta que tengo un quiste de 5 o 6 cm de diámetro deshaciéndose en mi trompa de Falopio izquierda y causándome un dolor indescriptible en la tripa. Y es una mierda. Así que, por ahora me limito a cabrearme conmigo misma por ser tan inútil, llorar de desesperación porque septiembre está aquí ya e intentar estudiar. Llevo ya preparadas varias asignaturas, pero aún me faltan otras que apenas he tocado. Y no queda tiempo. Me estoy viendo hinchándome de estudiar en los 15 días de exámenes. Pero no me queda otra. El verano no ha sido fácil y mi cuerpo y mi mente lo notan. Estoy muy debilitada física y psicológicamente, aunque espero que eso cambie en cuanto me vaya de casa, el 1 de Septiembre.<br />
<br />
Por otro lado no quiero irme de casa. Tengo miedo de que, estando como estoy, me de un bajón en plenos exámenes y no sea capaz de salir. Ya tengo práctica en salir de mis agujeros y de mis paranoias, pero ¿y si no soy capaz? ¿Y si no puedo? Estoy muerta de miedo. Pero es que esto es lo que tengo que hacer. Irme y estudiar. Intentar darlo todo para conseguir terminar la puñetera carrera y sentirme alguien. Muchas veces no comprendo por qué hago lo que hago. Y eso es que estoy empezando a cuestionarme. Y no me gusta. No me gusta nada de nada. Así que el Lunes, nada más volver de sacarme sangre para hacerme el análisis de hormonas, lo primero que haré será adelantar la cita con mi psiquiatra en Cádiz. Necesito que me vea lo antes posible, porque sino, corro muchos riesgos que no estoy preparada para asumir. No me gusta nada de todo esto, pero precisamente por eso voy a seguir combatiéndolo.<br />
<br />
Por ahora, voy a intentar descansar un rato, a oscuras, viendo una serie. Dentro de una hora empiezo a repasar 15 temas de una asignatura. Sálvese quien pueda. Septiembre ya está aquí.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-45875213542022608562012-08-24T02:19:00.001+02:002012-08-24T02:19:12.248+02:00Límites. <blockquote class="tr_bq">
<b><i>¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar? </i></b><br /><i>Peces de Ciudad, Joaquín Sabina. </i><b> </b></blockquote>
<br />
¿Qué haces cuando ya las lágrimas se te acumulan de tal manera que te ahogan? ¿Qué haces cuando se te corta la voz porque sientes demasiadas cosas a la vez y es imposible decirlas todas? ¿Qué haces si sientes que tu vida te supera, que tus expectativas sean tal vez demasiado altas, que el mundo se derrumba a tu alrededor y te toca a ti sostenerlo?<br />
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No puedo más. No puedo sostener más cosas porque me están aplastando. No quería cargar con nada más, no quería participar. Sólo deseaba saber, conocer, pero nada más. No quería involucrarme y que me pasara esto. Pero, de alguna forma, sé que era inevitable. Y lo asumo. Pero todo esto es muy duro. Hay demasiadas cosas que no asumo, que me duelen, que me marcan, que me hacen daño, que me desgarran el alma en dos, que me ponen de mala leche, que me estresan, que me agobian que me hacen cuestionarme muchísimas cosas. Y no quiero. Estoy harta.<br />
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Estoy harta de sentir tantas cosas y de tener que actuar como un robot, como si no me afectase nada. Odio construir esos muros a mi alrededor, porque me convenzo de que las cosas no me duelen y, cuando se derrumban mis defensas, todas esas cosas que han ido pasando me duelen todavía más. Y así. Me hundo. Y lloro a mares, pero tiene que ser a solas, porque si lloro delante de los demás nadie lo entiende. Porque yo me creo que soy fuerte y que no me afecta nada, pero los demás también lo creen. De hecho, les conviene creerlo. Si piensan que soy fuerte, es como que reúnen fuerzas ellos también. Pero es que lo que he tenido que aguantar durante los 4 o 5 últimos años ha sido demasiado. En todos los aspectos de mi vida. Nada es como era. Todo ha cambiado tan drásticamente que me da hasta miedo pensarlo.<br />
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Y aquí estoy, luchando contra el ventanal. Alternando ataques de hiperactividad, agotamiento profundo, dolores de todo tipo y ataques de ansiedad. No sé a dónde voy a llegar o hasta qué punto aguantará mi cuerpo el estrés al que lo estoy sometiendo, pero así no puedo seguir. Me queda el consuelo de pensar que dentro de 9 días estaré lejos de aquí, me habré ido a Jerez a preparar los exámenes. Y aún así, eso me hace sentirme un poco (bastante) culpable porque entonces la que se queda con toda esta mierda encima es mi madre... ¿He dicho ya que no puedo más?<br />
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Todo tiene un límite. Me pregunto dónde cojones estará el mío. Para todo.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8010992538145328455.post-68607050807081768462012-08-22T04:11:00.003+02:002012-08-22T04:11:47.539+02:00¿Estrés?Hoy ha sido un día intenso... Muy intenso. No sé si es que he hecho muchas cosas, o es que simplemente estoy agotada físicamente.<br />
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Llevo varios días de retraso en la regla (unos 10 o 12) y estoy bastante mal. Me duele la tripa muchísimo, apenas como al mediodía, por las noches no duermo ni descanso, y al cabo del día tengo varios ataques de ansiedad (aunque la mayor parte de las veces me dan por la noche, de madrugada). Además estoy algo asustada porque parece que desde hace un par de semanas estoy ahí, jugando con mi depresión, tentándola, balanceándome en el filo... Hasta que llegue el día que me corte y duela. Y va a llegar, lo sé.<br />
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La cuestión es que me están fallando las fuerzas física y psicológicamente. Y no sé si es que estoy a punto de caer otra vez o es que simplemente estoy estresada. Me inclino por lo segundo segura al 90%. Ya sé que suena muy absurdo que tenga estrés, pero ya no espero que nadie lo entienda y, por eso, prefiero no decirlo. Así que, mejor lo escribo. Estoy estresada porque mi hermana está cada día peor, porque se me han derrumbado las murallas que tenía contra el dolor, porque estoy estudiando mucho, pero no lo suficiente, porque llevo varios días sintiéndome muy débil y con unos dolores que no son normales en distintas partes de mi cuerpo, porque no puedo decir todo esto para agobiar a nadie, porque mis "amigas" son unas cabronas y no están ahí, porque me siento sola... Y son muchas cosas. No puedo más. Voy a estallar. Soporto tanta presión que mi cuerpo me está gritando que pare. Pero es que no puedo parar. Y está bien, me gusta la presión. No soy una persona infeliz por mis problemas, soy una persona infeliz porque no puedo ayudar a quien me importa y porque a menudo me veo muy sola para soportar todo lo que me está pasando desde hace 4 años.<br />
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Ahora mismo, mientras escribo, me acabo de tomar un Orfidal (ansiolítico) por tercera noche consecutiva para combatir un nuevo ataque de ansiedad nocturno. Además de eso, me duele a reventar el ovario izquierdo y la pierna izquierda. Me duelen muchísimo. Pero nada de lo que me tomo me hace el efecto suficiente. Y no quiero tomarme nada más. Sólo quiero estar bien. Pero no encuentro el momento y, cuando lo encuentro es tan efímero que no me da tiempo de disfrutarlo. Y me voy a volver loca. No quiero estar así. ¿Por qué me tiene que doler tanto la pierna? ¿Por qué tengo esta debilidad tan aplastante? ¿Por qué mi cabeza no deja de funcionar a toda velocidad? ¿Por qué siento tanto tantísimo miedo? ¿Por qué me pasa todo esto que acabo de decir? No encuentro respuestas, pero la situación es precaria, por no decir exagerada.<br />
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Mañana voy a ver a un ginecólogo y espero que me mande análisis de sangre y de hormonas. Y que encuentre qué demonios está pasándole a mi cuerpo. Por qué protesta de esta manera tan bestia... Ya he dicho antes que creo que es estrés, pero, como suena tan descabellado (según parece), quiero que me de la razón un médico.<br />
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Yo sólo sé que he pasado la primera parte del verano, nada más llegar a casa, con estrés. Después jaquecas durante el periodo prudencial de adaptación. Más tarde agobio por la mierda de los estudios, que no sé para qué estudio tanto si puede que al final nada me salga bien si sigo en este estado de histeria. Y ahora esto: más retrasos en la regla, dolores musculares (la espalda y las piernas sobre todo), los ataques de ansiedad, el insomnio, el agotamiento y lo más desconcertante para mí: episodios fugaces de sonambulismo.<br />
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En fin, que esto es lo que me apetece contar hoy para desahogarme y estar más tranquila mañana cuando vaya al médico.<br />
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Que nadie se alarme, aún respiro. Soy una superviviente desde que tengo uso de razón... para bien o para mal.Aledahttp://www.blogger.com/profile/09261772551998039323noreply@blogger.com0