
Vivir de espaldas al mundo nunca es bueno.
Hoy me he dado cuenta de que necesitaba llorar, estar con mi mamá, ver a Paula... Y me he dado cuenta también de que todo es real. Jodidamente real. Todo esto está pasando de verdad.
Y me he venido abajo, he empezado a llorar sin poder parar y, después de mucho tiempo... he sentido verdadero miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario