miércoles, 16 de febrero de 2011

A veces pasa...

A veces pasa que ansías encontrar las fuerzas para moverte de la cama, ir a clase y comerte el mundo, pero no lo consigues y te vence la oleada de agotamiento post-exámenes.

A veces pasa que lo intentas con todas tus fuerzas, que luchas con todo lo que tienes para vencer meses de desazón y desgana, pero resulta que no es suficiente.

A veces pasa que cuando por fin acaba tu sufrimiento durante una época, empieza a llover descontroladamente, empañando los cristales de tu habitación, quitándote las ganas de salir de casa.

A veces pasa que cuanto más luchas por mantener el calor ambiental, más arrecia el frío cruel del invierno.

A veces pasa que necesitas que pase algo, pero cuando está a punto de pasar, te da miedo no saber como reaccionar ante ello.

A veces pasa que todo el mundo cree que sabe todo sobre ti, pero en realidad no saben absolutamente nada.

A veces pasa que las cosas cambian y no te das cuenta.

A veces pasa que intentas esforzarte al máximo para enmendar tus errores, pero parece que el mundo entero está en tu contra.

A veces pasa que sabes que eres capaz, que puedes y que debes hacer las cosas de tal manera, pero estás tan agotado por haberlo intentado antes, que no encuentras la forma de hacerlo.

A veces pasa que lo mandas todo a la mierda, pero en seguida te arrepientes, pides disculpas y sigues ahí.

A veces pasa que te sientes perdido, que no encuentras tu lugar, que no sabes qué hacer con tu vida; pero luego te paras, piensas fríamente y ves donde estás y donde quieres estar.

A veces pasa que te hace falta pegarte un día entero tirado/a en la cama para después levantarte con más ganas que nunca.

A veces hace falta llorar, aunque no solucione nada.

A veces piensas en lo que no debes, pero rectificas. Y rectificar es de sabios.

A veces pasa que te planificas un día y no haces ni la mitad de las cosas que habías pensado.

A veces necesitas estar solo, olvidarte del mundo para poder ver más allá de todo y poder descifrar cuál debe ser tu siguiente paso.

A veces todo sale mal, por más que hayas intentado que saliera bien. Da igual. Sale mal. Pero lo importante es saber decir "aquí estoy yo y ahora lo voy a dar todo, pero desde el principio". Y esa es la actitud para poder seguir adelante con la cabeza alta.

Puede que me haya equivocado, sí, y mucho. Pero pienso enmendar este enorme error para que jamás vuelva a pasarme.

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