lunes, 16 de julio de 2012

¿De quién de los dos estaré hablando?

Hay besos de esos que te los dan y resucitan a un muerto.
(Joaquín Sabina, A mis cuarenta y diez)

Y así es. Hoy me han dado dos besos de esos que describe Sabina. Y no son sólo dos besos, no. Es también la sonrisa. Esa media sonrisa que llevo clavada en el alma desde el primer día que lo vi. Y de eso hace ya más de 7 años. Fue el 8 de Enero de 2005, y recuerdo que era domingo y que soñé con él la noche antes de conocerle... Pero eso es otra historia que algún día contaré.

La cuestión es que he comprobado que, a pesar de los años, de ser más sabia, de haber madurado, de haber aprendido tantas cosas y haber conocido tantísima gente... mi amor platónico sigue siendo el mismo. Y, además, igual de imposible y platónico. Pero me atrae hacia él como un imán, a la vez que me repele como lo hacen los polos que son iguales.

No sé si es amor, si es capricho, si es sólo un juego o ese juguete que deseas y que, cuando lo tienes, te olvidas de él. No sé lo que es, ni necesito palabras para explicarlo, porque tengo la absoluta certeza de que es algo inexplicable. Pero es verlo, como esta noche, encima de un escenario, cantando, actuando, haciendo las cosas que yo (hasta hace año y medio) solía hacer... Me pone. Me enamora. Se me va la cabeza. Y claro, solo puedo pensar en volver a actuar y a subir a un escenario... Pero para hacerlo con él, para conocerlo mejor, para pasar más tiempo juntos, para compartir una afición común a ambos (que tan diferentes parecemos), para experimentar e indagar en esa extraña relación amor-odio...

¡¡Qué cosas tiene la vida!! Cada día que pasa, tengo más claro que caeré y me meteré en la cueva oscura y llena de incertidumbre sólo por probar, sólo por intentarlo una vez más y (lo peor de todo) sólo porque me lo ha pedido él dos veces esta noche. Doy gracias a Dios porque no haya habido una tercera, porque de haber sido así, no hubiera podido resistirme más.

Sí, hay besos que dan la vida. Pero a mí los tuyos me matan al dejarme con esta ansia de repetirlos una y otra vez. A poder ser, a solas.

El otro día, una amiga mía decía "Lo que no es para ti, NO es para ti". Pues esto, este chico, no es para mí... Pero quién sabe. Mi vida ha dado tantas vueltas ya que no sé dónde ni cuándo irá a parar...

Lo que sí sé es que me encantaría recibir esos dos besos cada día y saborear esa ilusión de sentirme querida por unos compañeros encima de un escenario, con los focos deslumbrándome.

No hay comentarios:

Publicar un comentario