sábado, 14 de julio de 2012

Reflexiones de madrugada.

No me conoces. No sabes nada de mí. No sabes nada de mis sueños, de mis ilusiones, de mis luchas, de mis circunstancias, de mis pasiones, de mis sentimientos... No sabes nada de mí. Y aún así, sé que te atreverás a darme la espalda ya de antemano. Sé que me mirarás con aires de superioridad, que me juzgarás a pesar de ser consciente de tu propia ignorancia. Que intentarás hacerme daño o hacerme caer.

Entonces, me pregunto ¿por qué demonios sigo replanteándome esto? ¿Tanto lo necesito? Realmente, no lo sé. Quizá jamás debí subirme a un escenario por primera vez. Tal vez no debería haber probado el sabor de los nervios pre-espectáculo y el orgullo del final de la actuación. A lo mejor nunca debí haber soñado con llegar a algo en ese duro mundo que es la música. Ni siquiera a nivel de mi pueblo.

Son muchos años ya (11 para ser exactos) desde que me empecé a mover un poco en este arte. No sé por qué la música es tan sumamente importante para mí. No sé por qué en mis momentos felices y en los tristes también acudo siempre a la música. Música para todo. En mi mente, en mis oídos, en mi corazón... En todas partes. Y yo, que tan pequeña e inmadura probé el delicioso sabor del éxito en un escenario, que soñé incesantemente con ser una cantautora famosa como Álex Ubago o Alejandro Sanz, que tanto luché por hacerme un hueco en ese gremio... Yo, con 22 años he tirado la toalla. Y aún no sé por qué. Pero hoy me he dado cuenta. Estoy fumando de nuevo, cosa que es mala para mi voz, me siento con el autoestima por los suelos, me cierro la puerta ante cualquier posibilidad por el miedo a fallar una vez más, porque no sé si estaré a la altura o si me volverán a pisotear una vez más. El miedo esta ahí, una vez más, paralizándome, impidiéndome avanzar en este, uno de mis sueños más hermosos y profundos. ¿Por qué? ¿Tanto daño me han hecho. Creo que la respuesta es totalmente SÍ. Me han destrozado en este aspecto. Para esto se necesita confianza en uno mismo, y yo confío en mí para muchas cosas, pero para esto no. Para esto no. Siento que me han matado la ilusión, que nunca volveré a subirme a un escenario para cantar, que nunca podré volver a confiar en nadie de ese mundillo, que ya jamás recuperaré esa confianza en mí misma. Me limitaré a estar como estoy, componiendo solitaria con mi guitarra, cantando sólo mientras hago apuntes o limpio, asfixiando uno de mis mayores sueños... Pero no sé qué hacer. Y eso me entristece aún más.

Odio la impotencia, la desorientación... Pero aún más odio la incapacidad. Y eso es lo que tengo yo esta noche.

Siento admiración, envidia, asco (por los que tenía sentados delante), rabia, ganas, miedo, miedo, miedo, miedo... E inseguridad. Inseguridad a mares, a montones. Estoy segura de que no me aceptarían entre ellos. Estoy segura de que no me verán como uno más. Estoy segura de que fracasaré. Y no sé si seré capaz de aceptar otro fracaso más en este ámbito de mi vida que he aparcado en un rincón de mi alma y que sólo sale a relucir los días que, como hoy, presencio un espectáculo de tal envergadura.

Sólo espero algún día ser más fuerte y tener el valor para intentarlo aunque sea una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario