sábado, 23 de junio de 2012

Cuando menos te lo esperas.

Son las 6.06 de la madrugada y acabo de terminar de ducharme y secarme el pelo después de una noche increíble.

Todo comenzó esta tarde, cuando estaba llorando desconsoladamente porque no podía estudiar. No podía más y estaba harta de todo. Llevaba varias horas frente a los apuntes y nada... no me enteraba de nada. La verdad es que, después de haberme estudiado al máximo 9 exámenes, creo que es normal estar así de harta, saturada y demás. Mi amiga (y reciente compañera de piso) me propuso ir al cine, pero (para variar) yo no tenía dinero y eso me hacía sentir incluso peor. Así que le dije que no, pero ella insistió, así que decidí llamar a mi madre para desahogarme con ella y que me dijera qué hacer en estas condiciones. Ella, preocupada me dijo que no podía estar así, y que necesitaba salir a disfrutar un poco y airearme. Que mi amiga me dejara el dinero necesario y después yo se lo devolvería, pero que debía ir al cine y desconectar de mi agobio. Así que, eso hice.

La película que íbamos a ver era la continuación de otra anterior. Íbamos a ver "Tengo ganas de ti", y es la continuación de "3 metros sobre el cielo", basadas ambas dos en los libros con los mismos títulos de Federico Moccia. Habíamos quedado con otra amiga y su novio, al que hasta hoy yo no había conocido. Me ha caído bien el chico, por cierto. Hemos visto la película atiborrándonos a palomitas y Coca-Cola. La verdad es que a mí me ha encantado. Necesitaba esto. Necesitaba salir, airearme, desconectar, dejar de pensar y, sobretodo, necesitaba ver una película de amor. Me ha gustado muchísimo (aunque a mis acompañantes no) y he disfrutado con el reparto español, que me ha parecido todo un lujo. Resaltaré el masculino, ya que mis hormonas están al 100%: Mario Casas (impresionante), Luis Fernández ("Culebra" en  "Los Protegidos"), Carles Francino... En fin, que ha sido un gozo para mi mente, mis hormonas y mi corazón romántico. Pero claro, he salido del cine una vez más con esa sensación de que me falta amor y locuras en mi vida. Tenía la mente funcionando a toda velocidad durante la película, deseando ser alguna de las protagonistas y vivir una super-historia de amor. Pero así es la vida. Aquí estoy, soltera de nuevo, centrada (y casi obsesionada) en los estudios y evitando pensar siquiera en la posibilidad de poder amar a alguien.

Después del cine (sobre las 12 y media de la noche) íbamos a casa, pero mi compañera de piso y el novio de la otra chica querían parar a tomar algo, así que así lo hemos hecho. Nos hemos ido a un chiringuito en la playa, al lado de casa, que se llama "El Mojito Azul". A decir verdad, no nos han tratado muy bien y hemos acabado bastante decepcionados cuando nos han echado a las 2 de la madrugada. Sin embargo, mientras charlábamos y reíamos recordando experiencias y comentando videos que nos gustaban, se ha acercado un hombre mayor para pedirnos fuego (los cuatro estábamos fumando). Muy amablemente se lo hemos dado y no sólo una, sino dos veces. A la segunda vez que se ha acercado a pedirnos fuego, se ha detenido a hablar con nosotros y a decirnos que nos fuéramos después a otro chiringuito (el "Malibú"), que estaba al lado y cerraban más tarde, que él nos quería invitar a algo para agradecernos nuestra amabilidad y el respeto con el que lo habíamos tratado. Al principio hemos dudado y nos mostrábamos reacios a aceptar su invitación, pero, como estamos sin blanca y no teníamos ganas de irnos a casa, hemos acabado accediendo. Así pues, terminamos lo que estábamos tomando y, dando un paseo entre risas por las tonterías que iba haciendo el novio de mi amiga, hemos llegado al "Malibú". Allí estaba nuestro veterano amigo, Pepe "el Topo" (según se ha identificado él). Hemos cogido una mesa y nos hemos sentado los cuatro. Poco después hemos pedido una ronda de mojitos (que, por cierto, estaban realmente buenos e infinitamente mejores que los de "El Mojito Azul") y, también entre risas y cachondeos varios nos los hemos ido bebiendo. Pepe se ha empeñado en pagarlos y así lo ha hecho. Acto seguido, nos ha dado unas entradas para una discoteca situada por allí cerca, justo en frente de uno de los hoteles más conocidos de Cádiz, y nos ha invitado a ir con una consumición gratis. No sabíamos si ir o no, pero mis amigas que habían estado bebiendo (yo hasta llegar al Malibú, nada porque no había money), tenían ya cuerpo de fiesta. Y eso hemos hecho. Hemos ido a la discoteca, hemos pedido la consumición gratuita, hemos bailado como auténticas locas... Ha sido realmente increíble. Esa discoteca es la que solíamos ir hace 4 años, cuando empezamos la carrera. He pasado noches verdaderamente locas allí metida, he vivido ahí dentro varios de los mejores momentos de mi vida desde que empecé la carrera. Así que, el hecho de volver me ha hecho recordar viejos tiempos y, sobretodo, disfrutar. Necesitaba descargar tensiones, bailar, sonreír, bromear y reír hasta casi llorar... Ha sido increíble, de verdad.

Después hemos salido a fumarnos un cigarro con nuestro amigo Pepe, que me ha contado que ha viajado por casi toda España y que también ha pasado épocas de su vida en Ecuador y en Libia, hace muchos años. Tiene ahora 70 años, y puedo asegurar que no los aparenta. Rebosa vitalidad, picardía y ganas de vivir. Pocas cosas hay más importantes que las ganas de vivir. Era increíble la pasión con la que describía tantas cosas. Habíamos salido sólo a fumarnos un cigarro y al final hemos estado nosotros cuatro más de media hora hablando con él. Un hombre encantador, de verdad.

Cuando hemos dejado a Pepe allí, en la discoteca, disfrutando, hemos decidido darnos un baño en la playa. No estábamos muy seguros de si hacerlo o no pero, a las 4 y media de la madrugada y cuando ya empezaba a notarse el alcohol... Apetecía mucho hacerlo. Así que nos hemos quedado todos en ropa interior y hemos corrido como locos hasta la orilla para meternos en el agua. Bañarme en el mar semidesnuda y por la noche ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Tal y como he dicho: "La emoción y excitación de bañarse en el mar por la noche bajo un cielo plagado de estrellas es solamente comparable a la que se siente en los segundos antes de hacer el amor". Y lo mantengo. Ha sido increíble. Me he hartado de gritar, de revolcarme entre las olas, de desechar malos rollos, miedos, angustias, agobios... He mirado al cielo mientras las olas me arrastraban en su vaivén y he observado las estrellas. Diría que ha sido precioso, excitante, increíble... Pero todo eso me parece poco para explicar verdaderamente lo que me ha entrado por el cuerpo. Me siento desde entonces liberada, renovada y, por encima de todo, viva. Reboso vitalidad y juventud. He vuelto a sentir lo que sentía ese primer año de universidad, lleno de locuras. He vuelto a sentir que sí que merece la pena estudiar, estar ahí, ser joven, conocer a esta gente, saber disfrutar, hacer locuras... Me ha encantado. Pero, al mismo tiempo, me ha dado hasta miedo porque, de alguna manera, ha sido consciente de que, conforme pasan los años, estoy muriendo lentamente, estoy perdiendo la ilusión, me da cada vez más miedo hacer locuras o arriesgar, pienso demasiado... Y me he dado cuenta de que, sin estas pequeñas locuras, sin estos momentos de desconexión del mundo, sin estas dosis de vitalidad, la vida no merece la pena. Para nada.

Siento que tengo que volver a aprender a vivir. No quiero parecer más una persona adulta. Quiero seguir siendo joven mientras pueda, sin dudarlo un sólo instante. Quiero disfrutar de mi juventud ahora que la tengo y antes de perderla. Quiero sentirme viva. Lo necesito.

Sólo puedo decir, como conclusión de esta noche, que los mejores momentos suceden cuando no los planificas, cuando menos te lo esperas. Y, por eso, he decidido dejar de planificar mi vida. Se acabó. Quiero vivir al límite y disfrutar. Quiero, simplemente, vivir. Y ser feliz así. Quiero saber disfrutar y aprovechar mi juventud.

El día de hoy se planteaba como una enorme y maloliente mierda... Pero, al final, ha terminado siendo un día increíblemente instructivo, revitalizante y... con olor a mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario