miércoles, 6 de junio de 2012

Día Disney.

Hoy no es un día especial, es un día cualquiera. La diferencia con otros días, infinitamente más perezosos, aburridos o ajetreados, felices o tristes, agobiantes... es que me ha dado por escuchar canciones de Disney mientras estudiaba. Y, a pesar del enorme agobio que he tenido por sentir que no avanzaba, he sonreído, se me han saltado las lágrimas, he reído a carcajadas y me ha dado varios vuelcos el corazón.

Soy muy tonta, porque me gustan mucho las películas de Disney. Y lo peor es que me las creo, que espero que pasen ese tipo de cosas, que ocurra esa magia del amor, el respeto, la amistad, la lealtad... Pero es una enorme tontería, ese tipo de cosas no suelen pasar en la vida real. Y entonces me da la pena. Y sueño con estar metida en una de esas películas.

He estado escuchando (y viendo a medias) varios videos de las canciones de las películas. Entre ellos Tarzán (que da lecciones muy importantes de autosuperación, familia y amistad), Pocahontas (que nos enseña cómo valorar la naturaleza y respetar otras razas distinta a la nuestra, evitando juzgar antes de conocer), La Bella y la Bestia (que rompe con todos los patrones de belleza y demuestra cómo lo que cada uno vale está dentro de su corazón, y no en su físico, como nos hacen creer continuamente), Mulán (que me recuerda continuamente que hay que tener valor y luchar para conseguir lo que quieres, y que debes demostrar al mundo todo lo que vales, tarde o temprano), El Rey León (que, aparte de recordarme mucho a mi hermana pequeña, me recuerda que he de valorar la familia y aprender a ser yo), Aladdín (que me hace enamorarme, recordar lo que significa la amistad y recordar que, al final, cada uno queda por lo que es), Hércules (que me da también fuerzas y despierta mi afán de autosuperación, además de recordarme lo importante que es el amor en un héroe verdadero), Enredados (que me hace tener ganas de perseguir mis sueños más profundos), Tiana y el Sapo (que también me demuestra que la belleza está en el interior y que lo que todo el mundo necesita, más que riquezas, es amor)...

Y así he estado mucho rato, reflexionando, animándome a seguir con una asignatura que se me hace insoportable. He llorado con la canción más conocida de La Bella y La Bestia, con la de Enredados (Veo en ti la luz), con la de Mulán (Reflejo), con la de Pulgarcita (Yo te haré volar), con la de La Princesa Cisne (Hasta el Final del Mundo), con la de El Rey León 2 (Triunfará el amor)... Y he reído con la de El Rey León (Voy a ser el Rey León), con la de Aladdin (Un Genio Tan Genial), con las de Hércules (Tan cierto como tú, No diré que es amor y De Cero a Héroe), con la de Aladdín 2 (Un amigo es lo mejor), con la de Tiana y el Sapo (Hay que saber llegar al fondo)...

En fin... Que me he quedado un poco tontilla. Que me apetece enamorarme, reírme, ser feliz, encontrar todo lo que necesito, luchar y alcanzar mis metas... Me inspira Disney. Creo que soy así porque creo en todo lo que he ido contando, porque siento todo lo que he descrito, porque he crecido con esos valores que mucha gente no reúne a la vez. Y me siento especial. Me siento como una princesa. No soy guapa, ni estoy delgada, ni nadie se enamora de mí a primera vista... Todo eso es cierto. Pero siento que tengo un corazón enorme, que soy una persona increíble, que soy luchadora, que sé quién soy, que soy muy fuerte, que soy muy afortunada y, por encima de todo, que lo más importante para mí es el amor. Eso es lo que creo que me convierte verdaderamente en una princesa o en una persona tan especial. Todo lo que hago, por tonto que sea, lo hago por amor. Por cualquier tipo de amor: a un chico, a mi familia, a un amigo/a, a un sueño o a mí misma.

Me he dado cuenta de que quizá mucha gente es tan superficial porque le falta ver La Bella y la Bestia tantas veces como la he visto yo... Me da pena que se valore tanto el físico. Estoy de acuerdo en que es lo primero en lo que nos fijamos de los demás. Pero hay que saber llegar al fondo (como dice Mama Odi en Tiana y el Sapo), porque antes de juzgar tienes que llegar hasta el corazón (como canta la Señora Potts en La Bella y la Bestia). Sí, estoy más gordita que delgada. Sí, no soy guapa. Pero valgo un millón de veces más que muchas personas que están delgadas o que son guapísimas.

Y nada, gracias a Disney, hoy me quiero. Y me gusta esta sensación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario