sábado, 1 de diciembre de 2012

Situación actual.

Miedo y alegría. ¡Qué dos emociones tan distintas! Pero hoy siento ambas a la vez.

Siento miedo al echar la vista atrás y verme en esta misma época el año pasado. No podía estar más perdida ni más ciega. Veía las cosas de una forma idílica que, por supuesto, no era la real. Me dejé llevar por el entusiasmo y las ilusiones acumuladas durante dos años. Recuerdo vívidamente cómo el mundo se derrumbaba a mi alrededor mientras yo empleaba mis energías en luchar contra el temporal de cara. Después, como es obvio, caía rendida cuando no podía más y me dejaba llevar por una espiral de amargura, dolor e impotencia. No me daba cuenta de que aquella no era la estrategia adecuada. No era capaz de asumir el hecho de que no debía enfrentar la tormenta, no debía correr contra ella, sino mantener una posición. El truco estaba en permanecer con los pies clavados en el suelo, sin dejar que me arrastrara. Pero, como venía diciendo, estaba muy ciega. A veces soy como un burro con una campana: me ciego en una sola cosa y no soy capaz de ver lo que hay alrededor. Claro que, gracias a eso, me he llevado muchísimos palos y he aprendido muchas cosas. ¡Y menos mal!

También siento, como comentaba al principio, alegría. Mucha alegría porque me miro ahora al espejo y sonrío porque me encanto. Más gorda, más flaca... Da igual. Me veo más sana por dentro y por fuera. Y más feliz. Infinitamente más feliz. Me siento más grande, pero no físicamente, psicológicamente, ni siquiera en edad. Me siento más grande en aura. De una forma que nadie que no me haya visto cayendo al abismo puede entender. Mi ritmo de vida es apoteósico e incluso estresante a veces, pero me gusta. Esas mil cosas que hago cada día me hacen sentir que estoy viva. Me hacen irme a dormir cada noche más tranquila. El hecho de estar equilibrada por fin me está sentando como una suave brisa que llega después de un calor asfixiante. Estoy haciendo mil cosas por mí, y sólo por mí. En el ámbito de los estudios estoy estudiando, trabajando, asistiendo a todas las clases, entregando todos los informes en sus plazos, hablando con los profesores... Y todo ello con energía positiva al máximo. En la amistad, he retomado las amistades que dejé de regar hace 2 o 3 años, estoy conociendo a muchísima gente nueva, me estoy abriendo a las personas (moderadamente siempre) y estoy descubriendo que les gusto a muchas de ellas tal como soy. Ya no llevo máscaras ni caretas, ya no intento aparentar nada. Ahora me muestro como soy, como he conseguido llegar a ser después de muchos años y experiencias: íntegra, leal, sincera, lógica, agradable, simpática, positiva, cariñosa... Y no va nada mal. Todo esto aún me tiene muy sorprendida, pero me hace extremadamente feliz. En cuanto a los sentimientos amorosos... ando algo perdida. Y pasota, por qué no. He conocido a chicos que me han resultado interesantes, pero (por ahora al menos) ninguno me llena lo suficiente. Aún así, a los que más me gustan (2 concretamente) los tengo en "periodo de prueba". Digamos que los estoy conociendo y barajando posibilidades de cara a un futuro no muy próximo, porque ahora no quiero lanzarme a la piscina sin pensarlo. Necesito conocer a las personas, sobre todo si existe posibilidad de tener algo más que una bonita amistad. Sin embargo, no estoy preparada para mantener una relación de ese tipo con nadie. Y es algo muy fuerte porque yo soy lo más enamoradizo y romántico que hay en el mundo. Pero no puedo. El miedo (o pánico o terror) a que me hagan daño me hace encogerme sobre mí misma y cerrarme en banda. Tengo momentos de tonteo, euforia o calentón, como todo el mundo. Pero ahora (a diferencia de otras muchas veces) soy yo quien lleva el control. Y me gusta. Me siento poderosa. Lo único es que me da miedo volverme una persona fría y calculadora. Espero que ese momento no llegue jamás.

Y este es el resumen de mi vida a día de hoy. Estoy un poco melancólica, casi nostálgica. Hoy me falta algo y no sé qué es. Pero, como dice mi madre, se puede perder la cabeza pero no el tiempo. Así que, ignorando esa sensación que me aprieta el corazón y que no entiendo, me voy a volver a sumir entre mis apuntes para hacer algo por mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario