jueves, 15 de diciembre de 2011

Solamente tú.

¿Sabes? He sufrido mucho por tu culpa, he llorado mares y mares de lágrimas amargas que destrozaban mi corazón. Pero también has sido el único en miles de millones de cosas. Y son tantas las cosas en las que has sido el primero y único, que compensan los mares de lágrimas y los rellenan de lágrimas nuevas, de felicidad.

Recuerdo la primera vez que decidí besarte. Fue más o menos en enero, en la época pre-reyes. Te dije que era sólo un regalo de reyes, pero no era consciente de que, por primera vez, me había dejado llevar por lo que sentía por ti. Lo que realmente sentía, no lo que quería aparentar. No sé cómo lo conseguiste, pero llegaste a mi corazón.

También me resulta fácil recordar las noches de verano, perdidos en algún lugar de la campiña cordobesa, observando las estrellas y escuchando música. O aquel día que mirábamos las estrellas en tu campo y comenté "Qué bonito..." y tú, me respondiste "Sí...". Pero tú no estabas mirando hacia el cielo, sino que me estabas mirando a mí. Tenías todo un espectáculo de estrellas estampadas contra el terciopelo negro del cielo ante ti, pero sólo tenías ojos para mí.

Nadie me había robado un beso, hasta que lo hiciste tú. Ni tampoco había paseado con nadie por Córdoba, sonriendo como una niña pequeña ilusionada, o cogida de la mano a veces para después rozarnos simplemente los dedos y entrelazarlos.

La verdad es que nadie me hizo sentir jamás tan completa, llena, comprendida, protegida y tranquila, como tú. Fuiste el primero por el que sentí miles de cosas y supe, la primera vez que te perdí que no habría nadie más en el mundo que me hiciera sentir eso. Nadie. Y lo busqué. Lo busqué desesperadamente, pero sin ti en mi vida, siempre faltaba algo.

Hemos tardado quizás demasiado tiempo en estar así, en poder disfrutar tanto el uno del otro... Pero estoy completamente feliz de que podamos estar juntos al fin, de poder besarte, de poder sentirte mío y sentirme tuya, de poder mirarnos y transmitir tantísimas cosas. No quiero que esto acabe jamás, a pesar de lo que digan los demás (porque ni ellos ni nadie pueden saber lo que siento por dentro cuando estoy contigo, por mucho que yo intente explicárselo). Si tengo que oponerme a lo que es "correcto" o "mejor para mí", lo haré, si tú me juras que estarás a mi lado y no me volverás a fallar nunca más. Ese es mi mayor miedo, aunque intento acallarlo con el amor que siento por ti.

Quiero que sepas que eres el único en mi vida, que te amo con locura, que no hay ni habrá nadie más como tú, que sólo tú me haces sentir esto que parece estallar en mi pecho y que, de repente, parece darme las fuerzas suficientes como para acortar la distancia que nos separa ahora mismo y poder dormir acurrucada contra ti.

Te amo.

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