sábado, 27 de noviembre de 2010

Los que te odian son admiradores secretos que no entienden por qué tantos te aman.
(Paulo Coelho)



Grandes verdades las que descubre una cada día, ¿verdad? Nunca he leído nada de Paulo Coelho, pero hace apenas unos minutos, mi madre me ha enseñado esa frase. Y me ha sorprendido sentirme tan enormemente identificada con ella. Me siento comprendida al leer esto.

Desde mi punto de vista, la personalidad es la capacidad de cada uno de elegir su camino sin dejarse llevar por las ideas de nadie que no sea él mismo. La personalidad es la representación cotidiana del alma, del ser de una persona.

Debo reconocer que esto que yo llamo personalidad es un bien considerablemente escaso en este mundo de locos que me rodea. Veo a diario gente incapaz de decidir por sí misma, gente que se encierra en otras personas y es incapaz de ver más allá de ellas, gente que utiliza a quien le interesa en cada momento, gente capaz de tergiversar todas tus palabras y actos, gente que jamás permitirá que le corrijas o le rebatas algo, que derrumbará tus ilusiones y sueños con crueldad, gente que por el simple hecho de no entenderte no te dejará expresarte, gente egoísta y envidiosa... ¡Hay tantos tipos de gente!

Personalmente, me alegro de no ser igual que mucha gente. Puedo ser quizás demasiado idealista, soñadora o ilusa. Puedo no ser lo suficientemente madura para afrontar ciertas situaciones. Puedo ser un poco infantil a veces. Puedo ser, en ocasiones, un tanto radical con algunas de mis ideas. Puedo ser todo eso. E incluso mucho más. Pero, al fin y al cabo, soy como soy. Con todo. Sin quitar nada. Y aunque a veces parezca mentira, hay gente que realmente me ama por ser así. ¿Y sabéis qué? Que es algo increible.

Personalidad... Sí, de eso la gente no suele tener mucho. Resulta mil veces más fácil dejarse llevar por la corriente o por lo que te digan los demás, que defender tus propias ideas. Sin embargo, si alguna persona decide estar contigo, es que desea permanecer ahí, a tu lado a pesar de todo, es decir, a pesar de tu forma de ser y de tus circunstancias. No creo que sea posible querer a una persona sólo cuando nos está proporcionando algo, cuando nos interesa por lo que sea. No. Eso no es querer. Eso es manipular. Si tú quieres a alguien, le quieres con todo: con lo bueno, con lo malo, con sus triunfos, con sus errores, con sus locuras, con su sensatez. Con todo. No se puede utilizar a la gente a tu antojo. Primero porque no es justo, segundo porque tú no eres superior a NADIE y tercero porque no te imaginas el daño que puedes hacer.

¿Yo? No uso de eso. No utilizo a nadie ni juego con nadie, y, además, paso de la gente que me utiliza. Antes me podía doler. Ahora sólo son un puñado de admiradores secretos que me odian porque no entienden que otros muchos me amen. Y eso es una verdad enorme, aunque invisible para algunos. ¿Qué le vamos a hacer? Dejémosles ser felices en su ignorancia. Total, tiene que haber gente para todo. A mí, personalmente me inspiran algo de pena.

Yo tengo mis ideas, mis sueños, mis cosas en general. Y no las cambiaré. Todo eso da lugar a mi personalidad. Y no, no la cambiaré nunca. Seguiré siendo igual, aunque me iré haciendo mucho más fuerte contra ese tipo de gente sin personalidad ni vida propia, conforme pase el tiempo.

Hoy soy feliz, estoy en casa, rodeada de personas que me quieren con locura. Además, ayer quedé con la persona más especial (aparte de mi familia) que tengo aquí, en casa, en mi pueblucho. Y sí, soy feliz. Porque los quiero. Intensamente. Libremente. Personalmente.

Me cosen las alas y me ayudan a volar. Son mis ángeles particulares.



Magic is believing in yourself, if you can do that, you can make anything happen. // La magia es creer en uno mismo, si lo haces, podrás lograr cualquier cosa.
(Goethe)

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