domingo, 6 de marzo de 2011

Surrealism

Cuento estrellas antes de dormir
para no volverme loca...
Mientras el surrealismo se apodera de mi vida, lucho incesantemente para encontrar algo de estabilidad en esta tempestad que azota los cimientos de mi diminuta existencia. Buscando el camino correcto para caminar, voy descubriendo ciertas cosas que me impresionan o me desconciertan o me hacen feliz. Hay de todo.

Gratamente sorprendida de comprobar lo viva que estoy y lo frágil que me estoy haciendo, he decidido variar mi rumbo de vida. Sí, señores, mañana por fin iré al gimnasio, iré a clase, estudiaré por la tarde, iré a prácticas y volveré por la noche agotada pero con todo el derecho del mundo a sentarme tranquilamente en mi sofá para ver una película o una serie buena. Voy a intentarlo, ¿por qué no? Hacer nada no me llevará a ninguna parte, pero quizás si intento avanzar, las cosas cambien. Nada pierdo por intentarlo y, quizás así me sienta incluso más viva de lo que ya estoy. Estimulación. Eso necesito. Pero ahora mismo estoy tomándome unas extrañas vacaciones que en realidad sé que probablemente no son realmente merecidas, pero estaba agotada tras la primera quincena de febrero. Ahora ya es marzo y es hora de ponerse las pilas, sacar de nuevo toda esa fuerza que late dentro de mí y tirar pa' lante.

Mientras tanto, embelesada por las vidas de las personas que me rodean en cada pequeño instante de mi vida, trato de comprenderlas, sin obtener grandes resultados con la mayoría. Aún así, no puedo evitar analizar las conductas, intentar ver más allá, descifrar miradas, entender... básicamente entender al resto del mundo. Pero, obviamente, es muy complicado.

Mi vida es extraña. Vivo por rachas. Hay momentos en los que estoy completamente entregada a la vida y otros en los que me dejo morir, tirada en la cama, vagueando. Acabo de pasar por uno de esos últimos y ahora me apetece de nuevo enamorarme de la vida. ¿Cómo? Pues de varias formas: con la vida social, con la música, con nuevas metas... Para resumir: con dos cojones. Reconozco que tengo bastante tendencia a la autocompasión, pero ya vale, por ahora.

Estoy escuchando mientras escribo una canción de Belén Arjona con su nuevo grupo "Bel and the Boy", y se llama "Do we belong there?". Gente española que canta en inglés. Me fascina. Belén siempre suele ser de inspiración para pararme a pensar, a reflexionar. Me ayuda a encontrarme conmigo misma, a recordar quién quiero ser. Y antes escuchaba a Vega, cantando "Cuánta decepción". Dos cantautoras españolas. Es parte de lo que quiero ser. Por eso hoy mismo he decidido que empezaré de nuevo a componer, después de unos... 5 años más o menos. Me apetece, me hace ilusión. Aparte de mi vida normal, tengo cierta vida como artista y lo cierto es que la tengo bastante abandonada. Claro que, como todo artista en algún momento he sufrido ciertas decepciones que me han hecho dudar de si sirvo para esto o no. La cuestión es que ya me da igual. Voy a volver a escribir canciones.

En fin, los carnavales de Cádiz me tienen algo trastornada porque han sido considerablemente surrealistas. En breves, os contaré mis experiencias de este año. Algunas cosas.

Hasta entonces... Ciao!

No hay comentarios:

Publicar un comentario