Me ha hecho falta escuchar la canción "Fuckin' perfect" de Pink para darme cuenta de lo distinta que es la situación en comparación con el año pasado. Miro atrás y se me encoge el corazón de miedo. Gracias a Dios, salí de ese infierno. Tengo un nudo en el pecho mientras escucho la canción y me duele. La herida ha cerrado pero siempre queda la cicatriz. Y algunas cicatrices duelen y dolerán para siempre cuando se las toque en el lugar adecuado. Eso ha pasado ahora.
Verme ahora me enorgullece y me fortalece.
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