lunes, 2 de enero de 2012

Hola 2012.

Es el segundo año que consigo empezar sin llorar. ¿Será una señal de madurez? ¿O quizá de indiferencia? No lo tengo claro. La cuestión es que este año 2012 ha comenzado lleno de sonrisas, de felicidad, de cariño, de esperanza y de muchas cosas más.

Anoche fue magnífica tanto la cena como la celebración posterior para dar la bienvenida al nuevo año.

Quería aprovechar para decir que he comenzado el año unida sentimentalmente a alguien que, desde hace ya muchos años, ha sido muy importante en mi vida, incluso imprescindible muchas veces. El nuestro no ha sido un camino fácil de recorrer, nuestras dificultades han sido muchas, nuestras risas y nuestras lágrimas abundan por igual, la confianza que se ha forjado entre nosotros en estos siete u ocho años es lo que hoy nos hace mantener una relación sólida. El hecho de que estemos juntos, es algo totalmente descabellado, insoportable, incluso asqueroso para mucha gente. Me da igual. Quien me quiere, querrá también mi felicidad. Él forma parte de mi vida y de mi felicidad. Con cada cálido abrazo y cada beso que me regala, me hace ver que el mundo es un sitio más bonito. Sin él, mi vida pierde su belleza y sentido. Obviamente, él no lo es todo. Pero sí una parte muy importante. Es también una fuente de sensatez y apoyo. Es una fuente inagotable de sueños, de fuerza y de amor para mí. Le quiero. Le amo. Y nos queda un largo camino por recorrer juntos.

Este año nos faltaba alguien. Una persona muy especial, muy importante. Todas las navidades nos hacía el postre, que consistía en unas deliciosas manzanas asadas... Este año, pasé los días previos a la Nochebuena y a la Nochevieja esperando su llamada (que en el fondo de mi corazón sabía que nunca llegaría) para contarme cómo iban las manzanas, para que fuera a recogerlas, para preguntar a qué hora cenaríamos... En fin. No podía dejar de dar la bienvenida al 2012 sin dedicarle parte de esta entrada. Ella sabe, esté donde esté, que la echo de menos, que me sigue doliendo el corazón por su ausencia. Y que siempre me acompaña su esencia.

A todas las personas que me leéis desde cualquier parte de este diminuto mundo, os quiero desear un muy feliz 2012. Espero que este año esté lleno de salud, dinero, amor, esperanzas, ilusiones y sueños que os alienten en el largo camino que nos quede por recorrer en este año 2012.

Desde el fondo de mi corazón, gracias por leerme y apoyarme. Un saludo especial a Mariela, con todo mi cariño, por supuesto.

No intentéis ser felices... haced felices a los que amáis. Esa es la mayor felicidad.

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