miércoles, 12 de enero de 2011

Carnaval.

Por si el tiempo me arrastra a playas desiertas,

hoy rechazo la bajeza del abandono y la pena

(Manolo García, Pájaros de Barro)


Podemos disfrazarnos una y mil veces de algo que no somos, pero nuestra naturaleza siempre acaba por desenmascararnos.

Puedes sonreír aunque estés muriendo por dentro, o hablar con normalidad a pesar de que desees golpear a la persona con la que estás hablando, pero al fin y al cabo, lo que sientes está ahí. Hay mucha gente que disfraza sus sentimientos. Sienten amor, pero son incapaces de expresarlo. Se sienten solos, pero no piden ayuda. Están frustrados con alguien, pero son incapaces de aclarar el problema. Las máscaras muchas veces no engañan a nadie. Por eso no me gusta que me miren a los ojos, porque soy demasiado transparente y verían a través de todas mis máscaras. ¿Y qué verían? Pues realmente no lo sé.

El ser humano es un animal social que, sin embargo, es incapaz de estabilizar sus relaciones con el resto de su especie. Ninguna relación amorosa es perfecta. Ninguna amistad dura para siempre. Y habrá familiares que te apartaran de su camino. Y nosotros, esta loca especie, seguiremos escondiéndonos bajo máscaras tras las que sólo podrán ver las personas que realmente nos conocen, la gente que verdaderamente nos quiere, al fin y al cabo.

Los sentimientos no son algo malo siempre y cuando se expresen de la forma y en los momentos adecuados. Es necesario decir o demostrar un sentimiento. Si amas a alguien, tienes ciertos detalles y gestos que lo demuestran, consciente o inconscientemente. De nada sirve guardarlo dentro. La tristeza siempre acabará asomando a nuestra expresión y a nuestra mirada cansada de vida. El dolor nos hará llorar, gritar o incluso golpear algo. Para nada debes guardar ese enfado momentáneo con una persona, porque se irá incrementando con el tiempo y al final, cuando te desborde, descubrirás que si lo hubieses solucionado en su momento, no habrías llegado a ese extremo.

La sinceridad es un bien muy escaso. Pero creo que, ante todo, es importante la sinceridad con uno mismo. Si no estás haciendo algo bien, la última persona a la que debes engañar es a tu conciencia, ya que acabarás por convencerte de esa absurda mentira que habrás inventado para sentirte mejor.

El tiempo es algo que se gasta, que se agota. Cada persona tiene un reloj de enormes dimensiones lleno de arena que va pasando de la parte superior a la inferior. El proceso inverso es imposible por la ley de la gravedad. El tiempo es así, no vuelve. Cada uno tiene un tiempo, y sólo tiene que decidir qué hacer con él (algo parecido dijo Gandalf, de El Señor de los Anillos). Y no es fácil, claro que no. Hay que saber distinguir lo que es rentable de lo que es una pérdida de tiempo. Pero muchas veces hay cosas que nos parecen rentables durante unos meses e incluso años, y luego descubrimos que fue una enorme tontería, algo que realmente no resultó ser lo que se esperaba que fuera. A pesar de todo, es tiempo que has agotado vanamente y que no va a volver. Eso es lo que debe inspirarte para aprender a ver más allá de las cosas que prefieras o te parezcan atractivas en un momento determinado.

Otro detalle importante es no dar todo lo que tengas, guardarte algo en la manga. Porque, si no lo haces, cuando transcurra el tiempo, verás que te has quedado vacío. Entonces, las máscaras (las mil y una máscaras) necesarias para que nadie te pregunte si estás bien, serán muy difíciles de conseguir y ajustar adecuadamente a tu perfil.

La ilusión es algo que considero fundamental. Cuando las cosas se hacen con entusiasmo y esperanza, salen mucho mejor. A pesar de eso, hay que tener muy en cuenta que todas tus ilusiones se pueden desmoronar de golpe en cualquier momento. Por eso es necesario también dosificarlas y enmascararlas un poco. Es como un enorme muro para que no te hagan daño.

En general, la gente no es buena. Da igual como tú seas. El ser humano es un ente totalmente egoísta. También es soberbio, intolerante, orgulloso y ambicioso en grado sumo. Al menos la mayoría de la gente que he tenido el gusto de conocer (y son muchos). Ser una buena persona, tratar bien a los demás, sacar lo mejor de ti y mostrarte como realmente eres, no es sino señalar dónde deben disparar para matarte el alma y destrozarte el corazón. Y no hablo sólo de amor, sino también de amistad, de familias, de compañeros. Esto ocurre en cualquier parte. Por eso hay que ser una mala persona para triunfar en esta vida. Para ser alguien tienes que serte infiel a ti mismo. Y a mí me parece una falta de dignidad enorme. Un atentado contra tu libertad de espíritu.

El arrepentimiento no es algo malo. Eso de “arrepiéntete de las locuras que no cometas” no es sino una falsa que nos hemos inventado para justificar nuestro orgullo a la hora de pedir disculpas. Porque la palabra “perdón” es algo que nos resulta extremadamente difícil decir cuando realmente es sentido. Arrepentirse de haberse equivocado con alguien y pedir disculpas por ello, nunca está de más. Arrepentirse de lo que sea que haya trastocado de alguna forma nuestra vida, forma de pensar o forma de actuar, no es una cosa vergonzosa. Es una señal de madurez, de capacidad de evolución, de dignidad, de valía. Porque eso es ser realmente valiente: acercarte a alguien a quien has herido de cualquier forma y pedirle disculpas. Eso es ser realmente maduro: ver que te equivocaste cuando escogiste ese camino. Todo eso, amigos, es lo que me gusta ver en las personas que me rodean.

Pero, como estoy harta de decir, vivimos en un mundo totalmente loco y caótico en el que la gente ya no valora lo que tiene ni aunque lo pierda. Y así seguirá siendo hasta que por fin nos demos cuenta de que el futuro está en un solo sentimiento:

el AMOR.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Quilla!!! si te llegas a graduar en filosfía de la vida, triunfas como los Chicos.
    Bueno, en serio, me encantó esta entrada y comparto todo lo que has escrito.
    Cuando una persona está dolida y decepcionada saca desde lo más profundo verdades como puños.
    Los sentimientos como tu y yo sabemos se envenenan en el momento en que la razón intenta explicarlos.
    Hay personas incapaces de sentir y viven enquistadas, encapsuladas,intentando disimular y procurando adaptarse al entorno, su adaptación nunca es completa porque su mente y su corazón está completamente cuadriculado y los sentimientos son redondos, como los abrazos y los besos.Son muy peligrosas porque la capsula que envuelve el quiste es muy débil y al final acaba rompiendose y envenena todo lo que hay a su alrededor.
    Ante estos "entes" calculadores, manipuladores, dañinos hemos de comenzar una guerra sin cuartel.INVENTAREMOS EL FLUIDO MÁGICO QUE NOS PERMITA DETECTARLOS EN EL MISMO MOMENTO EN QUE SE ESTÁN ENCAPSULANDO.....La verdad es que he oido hablar de una tal "PRUDENCIA", es inocua en contacto con las buenas personas, pero ahuyenta a estos seres inmundos si tienes las cantidades adecuadas.
    Bueno,seguiremos reflexionando sobre este preocupante tema, tendremos que darnos prisa porque esto amenaza con convertirse en una plaga.
    Un besito y buenas noches.
    PD. NO CAMBIES NUNCA!!

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  2. Sabes que la filosofía es lo mío :) No puedo evitarlooo!!
    Escribir esta entrada fue el impulso para volver a sonreír, para reírme de la vida, de mi situación, de aquellos que no ven más allá. Pues somos muy pocos los que creemos en esa magia que consiste en aprender cuando uno se cae y se hace daño. Realmente, fue difícil encontrar esto dentro de mí. Creo que he pasado meses buscándolo. Pero ahí está, y ahora mismo dentro de mí resplandece un Sol radiante, le pese a quien le pese.
    He descubierto que la felicidad no es un objetivo, ni un deseo, ni algo que sea necesario buscar. La felicidad es una actitud, sólo hay que elegir si adoptarla o no. Y yo estoy apostando por el sí. Porque yo también merezco ser un poco egoísta, aprovechar mi tiempo, sonreír al menos 3 veces al día, sentirme querida aunque sea por una persona que está en la habitación de al lado o por 3 o 4 personas que se encuentran a más de 200 kilómetros de mí. Pues la distancia la marca el corazón junto con el alma. Entre personas unidas por el mismo vínculo que tenemos tú y yo, no existen distancias, sino simplemente latidos del corazón...
    ¿Sabes que te quiero, no? Te echo muchísimo de menos... :(

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