miércoles, 14 de septiembre de 2011

Me va el riesgo.

Soy una gran fan de los riesgos, de las metas imposibles, de hacer las cosas más difíciles del mundo. Creo que por eso escogí esta carrera entre todas las que tenía a mi disposición. ¿Por qué no? Parecía bonito al principio, pero ahora, aunque cada vez es más interesante, resulta extremadamente agobiante. La verdad, es que puedo decir que en 3 años que llevo de carrera, apenas he tenido 30 días de vacaciones o incluso menos. No tengo descanso, no paso un verano sin estudiar, no disfruto de la navidad sin tener que hacer veinte mil apuntes y un montón de trabajos... En fin, no sé si esto será normal, pero desde luego es una de las mayores locuras que he hecho en mi vida.

¡Y pensar que me quedan 3 años más como mínimo! Creo que tengo que empezar a plantearme lo de sacarme la carrera con otra perspectiva. La verdad, es que estoy cansada, agotada del continuo estado de agobio que tengo desde que empecé. No una carrera, sino dos. ¿Quién me mandaría a mí?

A pesar de todo, de lo difícil de las asignaturas, de la cantidad de trabajos, clases, prácticas, etc., debo reconocer que cada día estoy más enamorada de lo que hago y de lo que podré hacer en mi trabajo en un futuro. Por eso digo que a mí me va el riesgo, porque sino, no entiendo todavía qué hago aquí.

Lo único que me resulta reconfortante de mis estudios es la continua superación a la que estoy sometida día tras día.

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