domingo, 11 de marzo de 2012

Estoy contigo. Siempre.


¡¡Qué cojones más grandes hay que echarle a la vida!!

Llega un punto en el que piensas "Ya no puede pasar nada más", pero pasa algo. No tiene por qué ser clasificado como bueno o malo. Simplemente es algo que pasa. Y te deja sin palabras. Entonces puedes agobiarte, llorar, frustrarte... Pero sin recrearse. Una vez superes esa primera fase de desconcierto y de desorientación, debes respirar hondo y seguir adelante. No vale dar ni un sólo paso atrás.

La verdad es que no me siento mal ahora mismo. Me siento consciente y, por lo tanto, responsable. Son cosas que no espero que la gente que me rodea entienda, porque me basta con tenerlas claras y presentes yo misma. Me siento fuerte, poderosa y capaz de llegar muy lejos. Y lo haré.

Te echo de menos. Muchísimo. Pero confío en ti con todo mi ser. Y cuando todo esto pase, nos tiraremos en la arena de la playa a escuchar las olas y a reírnos de cómo la vida nos ha puesto a prueba a pesar de ser tan jóvenes. Y nos abrazaremos, sintiéndonos las reinas del mundo. Porque habremos superado los que posiblemente hayan sido los peores años de nuestra vida. Y seremos más fuertes y, sobretodo, más felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario