sábado, 18 de diciembre de 2010

Hoy.

Si algún día te levantas sin ganas de nada, sin fuerzas para salir de la cama, no te levantes. Coge un buen libro y léelo, o coge el ordenador y engánchate a alguna serie americana, o simplemente vuélvete a acostar. Al día siguiente, te aseguro que te levantarás con ganas de comerte el mundo. Y te lo comerás. Harás esas mil cosas que tenías retrasadas: recoger tu habitación, ordenar la ropa que lleva tirada en una silla desde hace una semana, fregar platos, limpiar alguna parte de la casa, hacer apuntes, ordenar los tochos de distintas asignaturas, organizarte las cosas que tienes que hacer en las vacaciones... Harás todo eso y además harás deporte, porque ya va siendo hora de ponerse en forma. Dejarás, pues, de ser un poco vago/a para pasar a ser esa chico/ que se esconde dentro de ti: vitalista, alegre, feliz, vivo/a.

Cuando un día aparece nublado y ves que ha llovido, no merece la pena achantarse y decir: "Hoy el día será una mierda", sino que es infinitamente mejor poder decir: "Hoy voy a desafiar a esas nubes y a la lluvia, saldré a comprar un despertador y haré todas esas cosas que tengo que hacer".

Y con esta filosofía, me voy a la calle antes de que me cierren las tiendas. Hoy no pienso dejar que el día me ahogue. Hoy viviré.

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