martes, 14 de diciembre de 2010

Días filosóficos (I)

Nunca se me dieron bien las montañas rusas. Pero parece que son mi mayor afición. Me va el riesgo. El peligro. La acción. La inestabilidad. Y, por supuesto, la angustia que todo ello implica.

Sí, eso significa que soy masoquista. Y sí, debo de estar loca para meterme en estos embolaos. Pero es que creo que soy demasiado fiel a lo que siento. Y eso me acarrea muchos problemas. Pero soy así, y los afronto.

¿Qué pasa? Que me he hartado de dar tantas subidas y bajadas. Necesito un poquito, sólo un poquito de estabilidad. A ver si se relajan ya un poco las cosas y respiro un poco de paz, que ya me va tocando. Esto de estar muy muy bien o muy muy mal acabará conmigo cualquier día. Y ya estoy un poco cansada.

Ahora voy a ir a mi bola, a mi ritmo. Quiero ser libre. Quiero que el mundo me deje en paz. Me voy a centrar en mí, en lo que es importante para mí, en lo que puedo conseguir, en lo que me pueden dar. Voy a intentar ser un poquito egoísta, joder. A ver si me sale.

Creo que de nada sirve estar al lado de alguien que o te lo da todo o no te da apenas nada. No me gusta sentirme utilizada, ni que jueguen conmigo. Puedo perdonarlo, sí. Es más, lo he hecho en más de una ocasión, y en más de dos, y en más de tres. Pero ya no más. Ni puedo ni quiero volver a hacerlo.

Ahora, a vivir, que son dos días, y empiezo a indignarme de tener que estar uno y medio de broncas o aguantando tonterías.

¡Qué feliz soy en mi indiferencia total y absoluta del mundo! Me da igual toda esa gente que pasa de mí, que no me quiere ni ver pero pone buena cara cuando está conmigo, me la suda todo aquel que pretenda seguir dando por culo.

Sé que hay miles de cosas en las que estoy intentando hacerlo bien, en las que estoy de nuevo (como una imbécil) dándolo todo y más. Pero no albergo esperanzas ya... No confío en casi nadie. No creo que salgan bien muchas de ellas. Sin embargo, una no puede luchar contra sí misma. Y soñar es gratis. Y a mí me hace feliz, como digo, vivir en mi indiferencia.

La decepción es algo que hay que superar continuamente en esta vida. Me ha costado mucho comprenderlo, pero ahora ya estoy concienciándome para afrontarlo.

Se acabaron las montañas rusas. Quiero estabilidad. Quiero ser. Simplemente ser, no importa si feliz o no, pero dejadme vivir un poco.

¡Ay que ver! Que me tomo los medicamentos para la afonía y se me ocurre cada cosa... ¡Cómo estoy esta noche! Pero bueno, se me pasará.

Yo soy cambiante como el viento. Puedo ser todo y nada. Puedo ser miles de cosas. Pero nunca seré como vosotros. Nunca. Y me enorgullece decirlo.

Me encanta, me encantas, me encanto, me encantamos. Y al carajo con todo lo demás.

Señores, que paren el mundo, que yo me bajo aquí y ahora mismo.

Tranquilos, esta noche un poquito de Idhún, para alimentar mi loca imaginación, y a soñar hasta mañana. Que será otro día, estaré mejor y seguiré siendo feliz en mi mundo de yupi.

:)

No hay comentarios:

Publicar un comentario