miércoles, 15 de diciembre de 2010

Me rebelo.


Hay tantas cosas que se destruyen en un segundo... o incluso en tres meses. Y es tan triste que cuesta un poco (sólo un poco) asimilarlo. Y eso que hay cosas que no vienen de sorpresa, sino que ya las ves venir desde hacía tiempo. Pero a pesar de eso, compruebas que es verdad eso de que la esperanza es lo último que se pierde. Alucinante me parece que tengan que pasar cosas así para que una persona sea capaz de conocer a la gente que la rodea. Conocerla de verdad.

Ya llevo un tiempo diciendo que la vida se basa en una decepción tras otra, y compruebo día tras día que tengo razón, que así es.

Ya ayer decía que estoy harta de altibajos, harta de tanta tontería, harta de que me estén utilizando continuamente. Y nada, aquí sigo pensando que ya me da igual, que paso de todo y de todos los que pasan de mí. Que no tengo más ganas de fingir que todo está bien. Que sí, que voy a mi bola y hago lo que me da la gana. Porque tengo una cosa que se llama personalidad y también tengo otra cosa que se llama libertad y que me hace responder sólo ante aquellas personas a las que de verdad importo.

Que tengo muy claro que nada dura para siempre. Pero me resulta triste creer por completo en gente que después me traiciona de unas maneras que no alcanzaba a imaginar. Alucino. De verdad. Alucino con este mundo, con muchas de las personas que lo habitan. Es que de verdad que no me lo puedo creer todavía. ¿Por qué hay gente que aparenta ser lo que no es? ¿Por qué hay gente que se deja envenenar por otros o incluso por sus propios y turbios pensamientos? ¿Por qué hay gente que es tan falsa? ¿Por qué hay gente que calla, que no es lo suficientemente valiente para callar a otros cuando están diciendo algo injusto? ¿Por qué hay personas que se exigen tantísimo a sí mismas, se creen perfectas, y exigen lo mismo por parte de los demás? ¿Por qué hay gente que es incapaz de pensar por sí misma, de guiarse por su propia mentalidad y filosofía? ¿Por qué? ¿Por qué hay gente que un día te quiere mucho y otro día, en cuanto le llevas la contraria en algo o le dices algo que realmente piensas y que es necesario aclarar, te dejan de querer? Es más, te hacen sentir mal contigo misma, te hacen sentir inferior, te hacen sentir invisible. ¿Por qué? ¿Es esto justo? Según ellos sí.

Y digo yo: ¿es que esta gente no tiene conciencia? Puede que yo haya cometido muchos errores (quizás uno de ellos sea incluso ser como soy), pero todo el mundo lo hace. Y nadie es perfecto. Nadie. Yo sólo puedo hacer las cosas lo mejor que puedo y hacerlas como creo que debo hacerlas. No puedo ni quiero hacer nada más. Estoy ya harta de que me pidan que sea algo que no soy.

Mira, yo soy así, tengo esta personalidad. Puede gustarte o no. Pero lo que no es normal es que a una persona le guste durante uno o dos años mi forma de ser y que, de repente y sin previo aviso, cambie su actitud de manera radical y ya no le guste nada. Pero nada de nada. Tan poquito, tan poquito que intentará por todos los medios buscar pegas y errores en todo aquello que yo haga. Es increíble, pero es cierto. Muy cierto.

En fin, que hasta aquí hemos llegado. Que tú puede que me hayas ayudado mucho y que me hayas dado mucho. Pero que yo también te ha dado todo lo que podía ofrecer. Claro que eso, con una persona así, no cuenta. Porque este tipo de personas se dedican a ver lo bueno de la gente mientras les interesa y mientras la otra persona le siga la corriente. Pero después, todo eso no importa y lo que hacen es ver sólo lo malo. Van alimentando su propia versión de lo que quiera que sea que esté pasando y acaban por creérsela hasta la saciedad. Sólo quiero que quede muy claro que a mí nadie me dice lo que tengo que hacer y cómo tengo que actuar.

Pero paso. Porque cada uno tiene derecho a opinar lo que quiera. Yo sólo digo que hay gente que conmigo se ha equivocado, y mucho. Pero yo creo que al final cada uno queda por lo que es.

Sigo pasando de todo. Sí. Porque me da la gana. ¿Algún problema?


Mira, que estoy que me meo de la risa de la situación... Me río por no llorar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario