martes, 12 de julio de 2011

Un año después.

Mente en blanco. No lágrimas. No recuerdos. Fuera todo. Ya pasó y no volverá. Ya no existe. Se fue.

No pensar. No sentir. ¿Por qué es tan difícil? El corazón se revuelve de nuevo, haciendo sangrar las heridas. Es tan injusto...

Sé que no merece la pena. Pero no puedo controlar mi forma de ser. Soy estúpida por tener una mínima esperanza.

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