lunes, 2 de abril de 2012

¿Estabilidad?

Mi Titanic particular parece que hoy está de huelga. Ha decidido detenerse y volver a estabilizarse. Los compartimentos que se inundaron, siguen igual. El barco está bastante más hundido de lo que estaba cuando partió desde el puerto de la Incertidumbre, pero se mantiene, por ahora.
El problema en estos momentos es otro. Bastante distinto, por cierto. Si antes chocó contra un iceberg más bien mediano, ahora alguien se ha entretenido en hacer fuego en uno de los salones principales del barco. Al estar ese fuego en un lugar tan relevante, el incendio se está extendiendo lenta pero inexorablemente en todas las direcciones. Hay compartimentos con protección ante este tipo de “accidentes”, pero otros lugares son mucho más susceptibles de ser arrasados por algo que no deja de alimentarse de aquellos camarotes que ocupan pequeñas partes de mis buenas intenciones y buenos sentimientos. Afortunadamente, el compartimento de la fortaleza, el de la memoria y el de la consciencia están fuertemente protegidos. Queda ahí, como a medio camino, el de la cordura. Pero en ese sitio las cosas son tan relativas…
La cuestión es que, por unas o por otras, parece que mi Titanic, en vez de luchar por mantenerse a flote, lucha por hundirse.

Pero a mí, precisamente a mí, a cabezona no me gana nadie.

Esta imagen, la del puente de madera sobre aguas turbulentas (había una canción de Simon y Garfunkel que se llamana precisamente "Bridge over troubled waters"), refleja mi estado anímico de hoy. Siento que estoy andando sobre este puente y que en cualquier momento me voy a matar en la arremetida de una ola. Por lo pronto, ando regular de equilibrio. Por eso, una ola lo suficientemente fuerte me hundiría en esas aguas turbulentas de las que tanto me costó salir.

A pesar de todo... ¿quién dijo miedo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario