lunes, 9 de abril de 2012

Víboras.

¿Qué puedo decir? Hoy estoy desanimada, desilusionada, decepcionada, asqueada... En fin. Estoy comprobando que hacer daño es algo que no es normal en la mayoría de las personas, pero que existe gente que simplemente tiene la maldad por dentro. Parecen víboras que van reptando silenciosamente hasta entrar en tu nido y destruirte sin piedad con su veneno. Yo no soy así, y por eso no entiendo ni entenderé ese comportamiento que me parece triste, indigno y rastrero. Ese tipo de personas, cuanto más lejos, mejor. Pero ¿qué le voy a hacer? Me equivoqué y fui yo misma (una vez más) la que invitó a la víbora a entrar en mi propio nido. Ahora no deja de hacerme daño. Para variar, confié en alguien, le abrí mi corazón y lo pisoteó. No me parece justo, pero así es la vida, supongo. Al menos la mía. Una continua decepción.

Y, hablando de justicia, hoy me apetece y necesito gritar que DOS CONTRA UNO NO ES UN JUEGO JUSTO. Y no, no es la misma situación del año pasado. Y jamás he intentado hacer daño a nadie. Además, no es que yo esté menos borde porque me esté quedando sin amigas, según tú, sino que a lo mejor estás empezando a darte cuenta de que no era tan borde como me reprochabas. Igual eres tú la que está empezando a valorar lo que ha perdido. Todavía puedo estar esperando a que me digas que me quieres o que me valoras... Muy triste.

Por hoy, ya he tenido más que suficiente. Me voy a dormir con mi malestar general y mis ganas de vomitaros en la cara.

1 comentario:

  1. Desgraciadamente es así, abrimos las puertas de par en par sin reservas, confiando, pero visto lo visto, vamos a tener que pedir antecedentes y referencias antes de acercar el ojo a la mirilla, por supuesto con la puerta cerrada. Jajaja

    ResponderEliminar